Thomas Cook era una empresa británica, pero su negocio grande era en Alemania a través de sus muchas filiales, entre ellas Neckermann Reisen y la aerolínea Condor. La hasta ahora rentable Condor se ha visto forzada a pedir, según lo que dice la prensa alemana, un crédito puente estatal de 380 millones de euros, para poder seguir operando. Aunque expertos del sector creen que necesita el doble para poder sobrevivir el invierno. El gobierno británico ya se había negado a ofrecer un crédito al segundo turoperador del mundo, pero Boris Johnson ha dicho que ayudará a los turistas británicos que resultaron víctimas de la bancarrota. Algo muy difícil, porque el grupo era tan grande y un conglomerado con tantas reservas cruzadas que hasta cualquier persona que haya reservado un coche de alquiler como parte de un paquete de vacaciones de Thomas Cook ya tendrá un problema.
Por el momento, la sucursal alemana del grupo no ha registrado bancarrota, por lo que los viajeros alemanes todavía no lo tienen claro si les va a pagar alguien sus viajes y vuelos anulados. Aunque algunos rivales como TUI y Lufthansa estarán contentos de poder contar con un competidor menos. Se espera un efecto dominó por la desconfianza que se extiende en un sector cuya imagen sufre también por la lucha contra el cambio climático.
LA TORMENTA PERFECTA PARA LA LIMPIEZA DEL SECTOR
Demasiado tarde empezaron las dudas sobre la gestión del suizo Peter Fankhauser en Thomas Cook. El caso se convierte así en una pesadilla, pero también en una lección para todo el sector y, sobre todo, para España que, con cuatro millones de turistas, representa su destino más importante. Para Patricia Rosselló, consultora de empresas turísticas, Thomas Cook es el mejor ejemplo de una empresa que no quería ver la realidad: “Careció de una estrategia clara en las últimas décadas. Además, tenía una enorme deuda bancaria. A pesar de ser una gran marca no podía adaptarse lo suficientemente rápido y transformar su modelo”.
Para la experta también está claro que no hay “too big to fail” en la industria, a pesar de las consecuencias desastrosas que hay ahora: “Los bancos y las autoridades de aviación han apoyado a Thomas Cook durante muchos años, a pesar de sus resultados negativos y sus 1,2 millones de libras esterlinas prestadas. A pesar de la interrupción causada a clientes, empleados y proveedores, registrar la quiebra es la forma más sana”, añade.
UNA FIESTA PARA LOS EDGE FUNDS Y TUROPERADORES ALTERNATIVOS
Pero también hay ganadores en esta operación. Son los propietarios de swaps de incumplimiento crediticio (CDS). Estos derivados son un invento de bancos de inversión americanos para enfrentar la burbuja inmobiliaria y crediticia en EE UU en 2008. A pesar de toda la crítica por su alto riesgo estos instrumentos siguen en el mercado como recoge bien la película americana del año 2015 sobre la crisis de entonces ‘The Big Short’. Además, en lugar de un procedimiento de bancarrota habitual, en el que se hacen intentos para continuar la operación, Thomas Cook pasó directamente a la liquidación de los activos.
Lufthansa podría estar interesado en recuperar su aerolínea Condor, que ahora debería valer mucho menos de los 200 millones de euros que según la prensa alemana quería ofrecer hace unos meses. Pero el concurso de Air Berlin en 2017, que en su día también afecto a España, sobre todo, a las Islas Baleares dónde tenían su hub, no es un caso de éxito. Lufthansa perdió 50 millones de euros en el transcurso y no podía por razones de competencia quedarse con el grupo. La integración de la parte con la que al final se ha quedado en su filial Eurowings le cuesta mucho dinero.
Es de esperar que las autoridades europeas tampoco van a permitir la fusión entre Condor y Lufthansa. Según un experto de la industria, la masa de quiebra de Thomas Cook en España, incluidos 50 hoteles, probablemente interesará al inversor estadounidense Blackstone, que ya está muy presente en el país. A pesar de su difícil situación financiera, el grupo británico inauguró Thomas Cook Hotel Investments Spain. Acciones como esta han dirigido según la economista Gaietà García de la EAE Business School a la bancarrota de Thomas Cook: «Crecieron demasiado rápido». Ahora espera que otros operadores turísticos, que lo saben mejor, tomen su lugar en España y, por lo tanto, el impacto de la bancarrota se limite.
EL IMPACTO PARA EL CONJUNTO DEL SECTOR ES ENORME
Cierto es que España hasta ahora ha sido uno de los mercados más eficientes en el sector turístico a nivel mundial y Thomas Cook ha sido un garante de un flujo de viajeros extranjeros que se gastaron 77.000 millones de euros en el país cada año, según datos del lobby WTTC. Después de unos años récord para España se esperan ahora impactos negativos y quiebras en agencias de viajes más pequeñas.
También podría encontrarse con dificultades Amadeus como central de reserva para turoperadores y aerolíneas. Algunas agencias de viaje en Alemania, especialmente, las pequeñas que tienen que afrentar todas las quejas y gastos ellos solos, comparan el momento con la caída de la industria como resultado del pánico causado por los ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York.
Mallorca y España, en general, sufrirán según Rosselló mucho: “Además, los operadores turísticos tienden a pagar en 60 a 90 días. Queda pendiente de pagar la temporada alta (julio/agosto), dejando grandes saldos pendientes en muchos hoteles, apartamentos y proveedores de transporte. Todas las reservas futuras también se han cancelado automáticamente.“ Los representantes del sector en Mallorca ya han pedido ayuda estatal. Canarias que, entra ahora en temporada alta, se ve con mucho menos turistas y a tener que enfrentar muchos pagos no solucionados por la bancarrota de Thomas Cook. El presidente del Grupo Iberostar, Miguel Fluxá, había intentado el domingo dar una inyección a Thomas Cook con otras cadenas de hoteles por renunciar a una deuda de 100 millones de euros, pero al final no procedió.
En las Islas Canarias, la situación de la industria es especialmente crítica después de la bancarrota, porque el archipiélago cometió el error de confiar casi exclusivamente en Thomas Cook. Ya en julio de este año se había reducido el flujo de turistas internacionales a las Islas Canarias un 8%, lo que se tradujo en un millón menos de turistas para hoteles y restaurantes. En general, España es el país de la OCDE que más depende del sector turístico con una contribución al PIB cercana al 15%, según datos de Statista. Con 2,62 millones de empleados también es un importante empleador de la economía española. Rosselló cree que algo se ha roto en el sector: “La falta de confianza en los operadores tradicionales cuestionará todo el modelo. Cuando un cliente reserva en modelos comerciales más modernos, como booking.com, el hotel cobra directamente al cliente en el resort», concluye.
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