– Análisis de los ingresos actuales y los gastos fijos con los que se cuenta. Analizar la situación económica en el momento de solicitar el préstamo es la primera de las medidas a tomar. Los gastos no deben suponer más del 40% de los ingresos. El solicitante debe asegurarse de poder hacer frente al reembolso de las cuotas del préstamo sin incurrir en retrasos o impagos. – Cantidad a solicitar. Nunca hay que pedir más dinero del que se necesita. Cuanto mayor sea la cantidad solicitada, mayores serán los intereses. – Determinar los plazos de amortización. A mayor tiempo de amortización, por lo general, mayores intereses. Hay que optar siempre por los plazos, dentro de las posibilidades del solicitante, más cortos. – Analizar el uso que se le va a dar el dinero a fin de identificar las mejores opciones que ofrecen las entidades. Saber a qué se va a dirigir el dinero solicitado puede ahorrar mucho dinero. Las entidades financieras cuentan con productos específicos en los que en función del uso varía el tipo de interés. Por ejemplo, en el caso de Bigbank, la compra de un vehículo eléctrico cuenta con un TIN de 3,99% y TAE de 4,06% y el préstamo para la reforma del hogar cuenta con un TIN de 6,74% y TAE de 6,95%. – Indicadores a tener en cuenta: ¿TIN o TAE? Sin duda, la TAE, Tasa Anual Equivalente, dado que es la referencia que engloba los intereses, gastos y comisiones globales del préstamo que se está ofreciendo. – Selección de la entidad a la que solicitar el préstamo. Es importante informarse y analizar las distintas opciones que hay en el mercado. Por lo general, recurrir al “dinero rápido” implica riesgos. Hay que optar siempre por entidades especializadas, transparentes y reguladas por el Banco de España. – Garantía de desistimiento. Ofrece la posibilidad de renunciar al préstamo sin ningún tipo de penalización. Por ley, todas las entidades cuentan con una garantía de desistimiento de 14 días, en el caso de Bigbank, esta garantía es de hasta 2 meses.
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