Como parte de su proceso de apertura, el régimen de Cuba está dedicado a regularizar sus relaciones comerciales y financieras con diversos países. En diciembre, el Club de París condonó el 76% de su deuda impaga de 11.100 millones de dólares.
Acuerdo general
España inició la reestructuración de 2.750 millones de dólares a través de un acuerdo que incluye la promoción de inversiones españolas en la isla. El mismo camino que siguen Francia, Italia, Japón y Rusia.
Ya son nueve los países que han firmado la regularización de la deuda dentro del marco general acordado con el Club de París, entre ellos Bélgica, Australia, Austria, Reino Unido, Holanda, Suiza y Finlandia.
Esos países ofrecen a la isla condiciones similares de condonación, proponiendo proyectos de inversión para el desarrollo local a cambio de prioridad frente al "desembarco" que se espera de empresas norteamericanas.
La deuda de Cuba acumulada en los últimos 35 años dio lugar a la creación del Grupo de Acreedores de Cuba, en el que España y Francia son los principales de Europa.
Interés francés
España condona intereses por 1.500 millones de euros y otorga un plazo de 18 años, fijando un programa de conversión de deuda por 375 millones de euros para el financiamiento de obras con firmas españolas.
El acuerdo de Francia, el mayor acreedor de Cuba, significa la reconversión de 225 millones de dólares y la financiación conjunta de inversiones de ambos países.
Por sus características geográficas, la isla ha sido vista por mucho tiempo como un destino turístico, razón por la que el interés natural de inversión estaba centrado en cruceros y hotelería.
Pero la onda actual de interés extranjero se orienta más a proyectos de infraestructura, obras hidráulicas, ferrocarriles, puertos y energía renovable, sectores que presentan las mejores oportunidades.
Castro, Obama y Francisco
El momento que vive el país socialista resulta de negociaciones iniciadas por los hermanos Castro y el presidente norteamericano Barack Obama con la mediación del papa Francisco hace cerca de dos años.
Estados Unidos mantuvo un embargo económico sobre Cuba por más de cinco décadas, situación que se agravó para la isla a partir de la caída de la Unión Soviética, su protector histórico.
Una nueva ayuda llegó a la isla de parte de Venezuela en los años del apogeo de Hugo Chávez, pero con la baja de los precios internacionales del petróleo y la crisis del Gobierno de Nicolás Maduro, Cuba quedó expuesta a una nueva fragilidad.
"No volveremos a la dependencia de un sólo mercado en un futuro", dijo el mes pasado el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, Rodrigo Malmierca, en ocasión de la visita del canciller español, José Manuel García-Margallo.
Malmierca argumenta ante las empresas españolas que la actual es una coyuntura muy favorable a la inversión por sus ventajas comparativas antes de la llegada de las compañías norteamericanas.
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