El Ministerio de Finanzas alemán era el encargado de echar un jarro de agua fría sobre las pretensiones de Grecia de ampliar la ayuda financiera otros seis meses. En concreto, Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas alemán, señalaba a través de un comunicado que "la carta de Atenas no cumple con los criterios acordados en el Euroogrupo del lunes".
Además, Schäuble remarca que "no es una propuesta sustancial para una solución" ya que "tiene como objetivo la financiación puente, sin cumplir los requisitos del programa".
El propio presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, confirmaba a través de Twitter que el Gobierno griego ha enviado este jueves la petición formal para que se le conceda una prórroga de seis meses en el crédito asociado al programa de rescate.
Tras dos semanas de negociaciones entre Grecia y la Zona Euro y, conscientes de que carecen de apoyos, Atenas se ha visto obligada a proponer un "acuerdo puente de deuda" que le ayude durante los próximos seis meses mientras negocia unas mejores condiciones del rescate.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) echó un cable a Grecia ampliando las líneas de liquidez de emergencia. El siguiente paso lo darán los ministros de Economía y Finanzas de la Zona Euro, que se reunirán este viernes para debatir si aceptan las propuesta de Grecia. Para que finalmente la propuesta salga adelante, la votación tiene que ser unánime.
¿Qué propone Grecia?
En un acto de transparencia, el ministros de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, publicó el miércoles los documentos de negociación que había elaborado en sus reuniones con el Eurogrupo. Entre las principales divergencias que existen entre Atenas y Bruselas se encuentran la reforma laboral establecida por los anteriores gobiernos griegos y que, según Syriza, no es adecuada para la actual situación del país.
También difieren en puntos como las privatizaciones y la reducción del tamaño del sector público. Atenas quiere reincorporar a los 3.500 empleados despedidos en los últimos años, a lo que Bruselas se niega.
Además, tampoco se ponen de acuerdo en el tema de la fiscalizad ya que Tsipras quiere elevar de número de beneficiados exentos de pagar el IRPF y evitar más subidas del IVA.
Otro punto discordante se da en cómo emplear parte del rescate entregado a Grecia. En concreto, 10.900 millones de euros. Aunque Bruselas quiere que se destinen a la banca, el Syriza pretende emplearlos en crea un banco malo y un banco público.
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