El mundo ha cambiado radicalmente desde que ‘Dirigentes’ vio la luz, allá por la mitad de los años 80 del siglo pasado. Para hacernos una idea de la transformación que hemos experimentado, personas y sociedad, con la tecnología en estas casi cuatro décadas, basta con apuntar un par de datos. En 1986, Internet, hoy tan omnipresente que nos sería casi imposible imaginarnos la vida sin ella, era una tecnología establecida, pero circunscrita a centros públicos de alta investigación. Era un desarrollo, pensado, básicamente, para perfiles muy concretos vinculados con la ciencia, la investigación tecnológica o la inteligencia militar. El medio más habitual, en aquellos tiempos, para comunicarse era el teléfono fijo de baquelita, hoy una rareza de museo que deja caras de incredulidad, y casi de estupor, a las nuevas generaciones que no comprenden que pudiésemos sobrevivir en un mundo sin móviles. Y no nos olvidemos de cuando las llamadas al extranjero o a otras provincias eran prohibitivas para la gran mayoría de nosotros.
Pero la innovación tecnológica y el ritmo de las disrupciones se han acelerado extraordinariamente en las tres últimas décadas. Y, en consecuencia, también los cambios en el mundo del trabajo o en la gestión de las empresas, e incluso en los estilos de vida o en las maneras de pensar de los ciudadanos. La tecnología ha dejado de ser cosa de unos pocos y ha calado, de una u otra forma, en casi todos los rincones del planeta y los ámbitos de la vida. Primero con la llegada del PC, luego con la irrupción de Internet, que conectó esos primeros ordenadores infrautilizados y más tarde, con la universalización del acceso a los datos que trajo la telefonía móvil y la popularización del smartphone.
Más recientemente, hace una década, vivimos otro salto de gigante y todos nos convertimos en protagonistas de la sociedad digital gracias a las redes sociales. Al mismo tiempo las empresas empezaron a sacar partido a la globalización con el comercio electrónico. Y, ya en los últimos años, la nube ha supuesto un giro sustancial al modo de proveer la tecnología a empresas, democratizando muchas soluciones que anteriormente sólo estaban al alcance de las grandes corporaciones. El último capítulo de esta historia infinita de innovación tuvo lugar en 2020, cuando la pandemia, que mandó a casa a millones de empleados y estudiantes, impuso una obligada digitalización que aún hoy estamos digiriendo.
Desde Gigas también hemos puesto nuestro granito de arena en esta historia de innovación acelerada y facilitadora. Y lo hemos hecho, como tecnológica española, aunando en nuestra oferta los avances en telecomunicaciones con las facilidades del cloud. Gracias a las últimas adquisiciones, nos hemos convertido en el proveedor de referencia de servicios cloud convergentes; más seguros, mejor conectados y altamente colaborativos para miles de compañías en la Península Ibérica y Latinoamérica.
No me gustaría terminar sin tener unas palabras de reconocimiento para ‘Dirigentes’ porque en un entorno económico tan cambiante y, muchas veces, incierto como el actual, es de admirar y celebrar que una publicación llegue a sus 400 números. Durante más de 37 años de trayectoria, ‘Dirigentes’ ha sido un modelo de prensa económica especializada, divulgando información de contexto y casos de éxito en la gestión empresarial que nos han ayudado a los emprendedores de este país a encontrar inspiración. En un mundo de fake news, información poco contrastada y comentarios lanzados a la ligera en las redes sociales, el mundo de la tecnología y los empresarios en general necesitamos más que nunca el trabajo riguroso y de fondo de los periodistas de ‘Dirigentes’. ¡¡Ahora, a por otros 400 números!
Opinión