El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, sigue defendiendo a capa y espada las políticas monetarias expansivas adoptadas tras la crisis, que según él «han puesto al sistema bancario de la Eurozona en un posición más fuerte sin poner en riesgo la estabilidad financiera». El alto responsable de la entidad ha hablado este miércoles desde Madrid, en el marco de las jornadas sobre Estabilidad Financiera organizadas por el Banco de España. Durante su intervención, Draghi ha justificado el programa de compra de activos y las inyecciones de dinero ‘gratis’ a la banca por la necesidad de mantener un «periodo largo de tipos amplios» y de impulsar «la llegada del crédito a hogares y empresas». Sin embargo, el supervisor bancario ha reconocido la existencia de «efectos secundarios» en sus políticas que tendrán que ser vigilados por los estados miembros de la Euro Zona. En concreto, ha hecho referencia al impacto de las bajas rentabilidades sobre la banca tradicional, al riesgo de nuevas burbujas con el crecimiento del crédito en circulación y a la postura conservadora de los fondos de inversión que, en su opinión, todavía podrían asumir más riesgos. Como primera directriz, Draghi ha pedido a las entidades que actúen «en consonancia al entorno actual» y que mejoren sus márgenes a través de una mayor eficiencia operativa. El acto ha sido inaugurado por Luis María Linde, gobernador del Banco de España, que ha remarcado la importancia de las políticas macroprudenciales para mantener la estabilidad financiera y ha dejado caer la posibilidad de que la Unión Europea introduzca nuevos requisitos en este sentido para las entidades. Además, ha señalado que España fue uno de los países pioneros en adoptar medidas sobre los bancos de riesgo sistémico y que sirvió como inspiración para los posteriores colchones de capital requeridos por Basilea.
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