Ahora que tanto se habla del espíritu emprendedor, y de la vocación por la aventura empresarial, el ejemplo de Natalia Boccassi, la fundadora y propietaria de Dulces Ilusiones (www.dulcesilusiones.com) es seguramente esclarecedor, pues no todo el mundo está dispuesto a abandonar su país de origen y a cambiar radicalmente de actividad, hasta en dos ocasiones diferentes, para acabar triunfando como lo está haciendo ella ahora con su cadena de establecimientos dedicados a repostería creativa. De hecho, se trata de la primera franquicia implantada en España que ha sabido unificar la venta de productos, la elaboración de los postres y la formación en un único proyecto, que permite conjuntamente sacar la mejor rentabilidad de este nueva actividad que tan de moda se ha puesto en los últimos 2 ó 3 años.
Esta emprendedora argentina, que lleva ya ocho años viviendo en España, estudió Arquitectura y sin llegar a concluir la carrera puso una tienda de vestidos para novias, que diseñaba ella misma. Si decidió venirse a vivir a nuestro país es por la inseguridad que había en el mundo laboral en Argentina. Así que hizo las maletas y nada más llegar a España comenzó a trabajar de delineante en un estudio de ingeniería que participaba en grandes obras de construcción de líneas de ferrocarril y carreteras. "Pero era como si me faltase algo; necesitaba una ocupación extra, un negocio propio, y como mi madre elaboraba tartas de toda la vida, en 2010 decidí viajar de nuevo a mi país, aprender de la mejor, y regresar aquí con tres maletas llenas; de recetas, de moldes, de productos que no sabía si iba a encontrar por entonces en este mercado", explica Natalia Boccassi, que recuerda que realmente empezó a elaborar su repostería creativa para amigas y conocidas, para la celebración de diversos tipos de acontecimientos, y pronto el boca a boca y la calidad tanto de sus acabados como el sabor de sus postres, hizo el resto…
"La gente me pedía que le diese clases, pero el problema es que estaba compatibilizando mi negocio de repostería creativa, el trabajo en la ingeniería, las clases teóricas y prácticas para sacarme el carné de conducir… y el embarazo de mi segundo hijo", relata divertida, sin perder la sonrisa porque, a la sazón, le anunciasen un expediente de regulación de empleo, "que me sirvió para cobrar un pequeño capital, juntar todo lo que me correspondía del paro, y a los cuatro días tras anunciarse el ERE, en septiembre de 2011 ya estaba hablando con el casero de un local de 50 m2 en Valdemoro, donde vive y donde inauguró el primer Dulces Ilusiones, con un obrador que aún sigue sirviendo a la red".
El éxito de su iniciativa fue tal que en apenas tres meses hubo de ampliarlo con otros 60 m2 que poseía clausurados el propio local, "y no sólo eso, sino aumentar la plantilla de las tres persona que empezamos a las 10 que ya somos en la actualidad", señala orgullosa esta emprendedora que inauguró en febrero su segundo establecimiento propio, en el madrileño barrio de Retiro, y que, ante la insistencia de aquellas clientas que, no satisfechas con la experiencia de haber pasado por sus cursos, y enamoradas del concepto, le solicitaban una semana sí y otra también una franquicia de Dulces Ilusiones. "No me quedó otra que poner el asunto en manos de unos consultores expertos en esta fórmula de colaboración empresarial, y en noviembre de 2012 ponía en marcha la cadena de franquicias, que hasta la fecha cuenta ya con cuatro unidades operativas inauguradas, además de mis dos tiendas: en Las Tablas, Madrid; en Soria; en Las Rosas, también en la capital, y la más reciente incorporación, Ciudad Real".
"Hacer caso a la gente, y mezclarlo con mi intuición, no ha sido una mala idea", asegura Natalia Boccassi, quien ha formado ya a más de 3.000 personas en las refinadas artes de la cocina del dulce, pues no en vano desarrolló e implantó, en septiembre de 2012, la primera Escuela Anual de Repostería Creativa. Así, no es de extrañar que tenga un buen número de peticiones de franquicia, pues asegura buscar candidatos que sueñen tener su propio proyecto, "que es rentable, pero no sin echarle horas de trabajo. Les formamos para hacer exactamente lo mismo que hacemos nosotras, para elaborar, para diseñar y para enseñar. les entrenamos para tener su propia escuela, y nos avalan nuestros años de experiencia, y los miles y miles de alumnos y encargos que hemos tenido y que tenemos. Pero nuestra franquicia no sólo consiste en formar al franquiciado y a todo el personal de tu tienda, sino que Dulces Ilusiones también proporciona a cada nuevo miembro de la red: un modelo de negocio innovador, con gran rentabilidad, con asesoramiento técnico y profesional, apoyo en la apertura y en la gestión diaria, una central de compras, un sistema de gestión desarrollado, informatizado e integrado, un sistema de APPCC (análisis de peligros y puntos de control) desarrollado e integrado, una deliciosa imagen corporativa, la participación en un comité de innovación y creatividad, ayuda en la gestión comercial y el marketing, asesoramiento para la obtención de financiación, una asesoría para la búsqueda de zonas de implantación preferenciales y selección del local, y un área de exclusividad asegurado".
La superficie del establecimiento ideal para poner en marcha un Dulces Ilusiones ha de rondar los 100 m² divididos entre 20-25 m² de obrador, 20-25 m² de tienda y 20-25 m² más de taller-escuela y el resto de almacén. Y puede estar ubicado en una calle de segundo orden, porque no es trata de una compra por impulso. Y la inversión total es de unos de 45.000 € (obras de remodelación aparte), con 12.000 euros de canon de entrada (incluidos). A cambio de sendos pagos periódicos de 210 euros mensuales, en concepto de ‘royalty’ de explotación y de ‘royalty’ de publicidad, un establecimiento Dulces Ilusiones (con en torno a 3.000 referencias a la vista, de las 30.000 que puede haber en el sector, pero de las que la marca dispone a través de su tienda de Internet) "proporciona un 40% de beneficio en tienda y algo más en lo que respecta a la formación, de modo que es posible recuperar la inversión inicial entre el segundo y el tercer año de actividad", asegura Natalia Boccassi, cuyo último proyecto es lanzar la formación »on-line’.
FICHA
Creación de empresa: 2011
Inicio de la expansión: 2012
Inversión total (sin IVA): 45.000 euros
Canon de entrada: 12.000 euros (incluidos)
Royalty de explotación: 210 euros mensuales
Royalty de publicidad: 210 euros mensuales
Duración del contrato: 5 años, renovables por otros 5
Dimensión del local: 100 m2, divididos entre 20-25 m² de obrador, 20-25 m² de tienda y 20-25 m² más de taller-escuela y el resto de almacén
Requisitos del local: con escaparate a la calle, diáfano en lo posible y no necesariamente en Primera línea comercial
Población mínima: 25.000 habitantes
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