En los últimos años, la acción de borrarte de la faz de la tierra sin dar explicaciones en una relación interpersonal tiene nombre y se conoce como ghosting . El Urban Dictionary define este término como "el acto de desaparecer de otros sin previo aviso o cancelar planes con poca o ninguna opción". Muchas personas lo utilizan como una estrategia de ruptura de algún noviazgo o enamoramiento, pero ¿puede existir en el ámbito laboral? La respuesta es sí.
Lo primero es entender por qué las personas realizan estas desapariciones espontáneas. En un estudio llamado Ghosting in Emerging Adults’ Romantic Relationships: The Digital Dissolution Disappearance Strategy , elaborado por la profesora de la Universidad de Alabama Leah LeFebvre, la investigadora y varios autores se propusieron entender por qué la gente aplica el ghosting en sus relaciones a través de la realización de una serie de preguntas a un grupo de individuos que estaban familiarizados con esta conducta o alguna vez en su vida la habían aplicado.
Según dicho estudio, existen varios factores por los cuales las personas aplican este corte de comunicación absoluta. Dos de ellos son la conveniencia y la seguridad. El primero debido a que es un método de ruptura más fácil, en relación con otros, y el segundo debido a que el ghosting ofrece una forma segura de disolver una relación, sin poner a la persona que lo realiza en peligro de quien está siendo víctima.
Ser un trabajador fantasma
Hoy en día, aplicar el ghosting laboral o convertirse en un trabajador fantasma es una situación preocupante en los departamentos de Recursos Humanos. Según el médico Grant Hilary Brenner, psiquiatra y psicoanalista, en su artículo La generación Z, el bullying laboral, el ghosting y la cultura de la cancelación, esta situación es inquietantemente común, repetitiva y puede presentarse en algunas de estas tres formas: no presentarse a trabajar y no justificarlo, desaparecer de forma abrupta o simplemente no responder a las peticiones.
Según una encuesta realizada por el sitio web de ofertas de empleo Indeed, la Generación Z, aquellas personas nacidas entre 1997 y 2012, y los millennials, los nacidos entre 1981 y 1996, son más propensos a realizar este tipo de “desaparición”.
De acuerdo con esta encuesta, el 46% de los solicitantes de empleo admitieron haber hecho ghosting laboral, lo que también se conoce como ser un trabajador fantasma. El 28% de la Generación Z y los millennials admite que han engañado a un empleador, en comparación con sólo el 18% en 2019. El 46% no se presentó a una entrevista programada y un 7% no acudió a su primer día de trabajo.
Pero ¿cuáles fueron las razones por las que se convirtieron en trabajadores fantasmas? Según el informe, el 20% declara que recibió otra oferta mejor, un 13% pensó que el salario ofrecido no era interesante y el 15% percibió que el puesto no era lo que buscaba.
En relación con el sentido de culpabilidad, el 65% de los solicitantes que no se presentó admite estar preocupado por su actitud, mientras que el 54% se arrepiente de haberlo hecho. Con respecto a la actitud de los empleadores, el 26% dice que intenta contactar con los solicitantes que desaparecen, mientras que un 80% cree que esta práctica impactará negativamente en la reputación del candidato.
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