A pocos días de la celebración de las elecciones presidenciales en México, ahora mismo parece que el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), logrará sustituir a Enrique Peña Nieto al frente del país.
Durante la campaña electoral, AMLO ha prometido centrarse en la lucha contra la corrupción y ha sugerido que podría revertir las medidas de liberalización propuestas por Peña Nieto, lo que incluiría retomar el control de la industria petrolera e introducir anticuadas políticas proteccionistas y subsidios generalizados. Aunque los observadores del mercado han mostrado su preocupación, la realidad de la posible presidencia de AMLO, según explica Sophia Whitbread, gestora del BNY Mellon Global Emerging Markets Fund en NEWTON, parte de BNY Mellon, sigue «siendo incierta», ya que ha designado a grandes expertos para formar parte de su consejo de ministros y se ha comprometido ante los líderes empresariales a que no habrá expropiaciones ni nacionalizaciones.
Robert Simpson, gestor de carteras de deuda de EM en INSIGHT, parte de BNY Mellon, añade que más incierta resulta la naturaleza del Congreso y si la coalición del partido de AMLO (el Movimiento Regeneración Nacional o Morena) «podrá alcanzar una mayoría que antes parecía improbable pero que ahora las encuestas señalan como claramente posible». Esta situación daría paso a una nueva era política en México: «la primera dominada por un partido o una coalición de izquierdas».
A su vez, surgen muchas preguntas sobre qué podría hacer Morena si lograse la mayoría parlamentaria, desde aprobar el presupuesto unilateralmente hasta cambiar las leyes sobre responsabilidad presupuestaria, inversión extranjera y otras cuestiones.
Por este motivo, los inversores se muestran preocupados por lo que podría representar una victoria de AMLO/Morena. Y eso sin tener en cuenta las repercusiones que «tendría no alcanzar un acuerdo sobre NAFTA», señala el experto.
Dicho todo esto, concreta, no parece probable que «Morena pueda alcanzar una mayoría suficiente para cambiar la constitución y anular las recientes reformas del sector energético y de las telecomunicaciones», aunque sí podría adoptar medidas para «ralentizar su aplicación».
Pero, ¿cómo se encuentra México en la actualidad? Según Topa-Serry, estratega del equipo de Research de AXA IM, la economía de México ha demostrado ser resistente a pesar de tener que «enfrentar incertidumbres sobre el TLCAN y las elecciones». El crecimiento del PIB alcanzó el 2% en 2017, apoyado por el consumo privado y, más recientemente, por una recuperación en las exportaciones manufactureras como resultado de la fuerte producción industrial de los Estados Unidos.
No obstante, la inversión se retrasó (un problema relacionado con el TLCAN) mientras que la inversión pública se contrajo tras la consolidación fiscal en curso. Así, el pronóstico del experto de AXA IMes que el crecimiento del PIB alcance el 2,1% durante 2018 y 2019 con una expansión más amplia.
En política monetaria el banco central subió las tasas de interés en sincronía con la Reserva Federal (Fed), elevando los tipos hasta el 7,5% desde el 3% en noviembre de 2015. Los tipos reales a corto plazo se encuentran entre los más altas mercado y la curva de rendimiento mexicana se ha aplanado masivamente durante este período, ya que las expectativas de inflación a largo plazo permanecen «bien ancladas».
Por ahora, se podría esperar que el diferencial de inflación con Estados Unidos se reduzca, con la inflación mexicana bajo control y la inflación estadounidense un poco más alta, lo que debería ofrecer a Banxico un espacio para reducir los tipos y descorrelacionarse de la Fed.
Con este contexto, en el caso de Whitbread, está revisando qué tal resistirían sus posiciones en un entorno populista y buscando oportunidades allí donde la volatilidad postelectoral pueda «permitirnos abrir posiciones atractivas a largo plazo».
Y es que ahí está la clave: a corto plazo, «podemos esperar una volatilidad bastante elevada que afectará incluso al valor de la divisa». Sin embargo, a largo plazo México continúa contando con empresas de «muy buena calidad», por lo que cualquier corrección podría representar» un punto de entrada», siempre y cuando las políticas gubernamentales «garanticen cierta continuidad».
2018-06-27 12:26:09