Es Navidad y el mercado juguetero lo nota en su facturación. Se estima que en este período el sector produce casi la mitad de las ventas de todo el año, una época donde hace el agosto, pero este 2017 además, con optimismo. La patronal augura que las ventas crecerán casi un 10% hasta situarse en niveles precrisis, influido tanto por la recuperación del consumo interno como por las exportaciones. Unas perspectivas favorables que, sin embargo, no se trasladarán a toda la industria. Según un análisis elaborado por Insight View, alrededor del 12% de las jugueteras españolas está en riesgo de impago a sus proveedores en 2018. En un contexto marcado por la irrupción de la tecnología en todos los ámbitos de la sociedad y las estrategias de externalización o deslocalización de parte de su cadena de valor con el objetivo de mejorar la competitividad exterior, el porcentaje de empresas con elevado riesgo de impago asciende a casi el 8% y al 4% a los que están en alerta máxima. Los cambios en los canales de distribución tampoco han jugado a favor de las compañías tradicionales cuyos márgenes tan ajustados, – entorno a los 75.000 euros-, las dejan ‘fuera de juego’. De hecho, el número de empresas de reciente creación representa casi el 20% del tejido empresarial, una cifra que se amplía al 33% para aquellas que cuentan con cinco años de antigüedad. Sin embarco, en este caso, una de cada tres no ha logrado entrar en equilibrio con el mercado. Paradójicamente, el estudio asegura que el mejor rendimiento lo concentran aquellas con más de 25 años (23% del total), con una facturación media de 5,9 millones de euros en detrimento de las que surgieron a finales de la década de los noventa (22%) ya que con una facturación media de 2,5 millones, presentan pérdidas. Las grandes firmas junto a las microempresas son las que más dificultades tienen para adaptarse a un entorno cambiante dando paso a las pequeñas y medianas que son las que se comen una mayor ‘parte del pastel’ y reflejan una mayor rentabilidad. En cualquier caso, de cumplirse esta tendencia no afectará a todas las regiones por igual, ya que mientras Andalucía registra el pero rating de morosidad, seguida de Madrid, Cataluña y Valencia, en otras zonas de la geografía española, como por ejemplo, Islas Baleares, que solo representa un testimonial 1% del sector, es la que presenta los datos más halagüeños.
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