En un estudio que acaba de publicar la Asociación de la Economía Bávara (Vereinigung der Bayerischen Wirtschaft – vbw), se recalca la relevancia que tiene la economía alemana para los países de la UE en generación de empleo y creación de valor añadido. Según explican desde el Instituto de Estudios Económicos (IEE), Alemania es el foco de muchas críticas por sus elevados superávits por cuenta corriente y se suele argumentar que el éxito exportador alemán va en detrimento de los restantes países de la Unión Europea. La consultora suiza Prognos, que se ha encargado de realizar el estudio, demuestra que no es así. Para casi todos los estados miembros, Alemania es el mercado exportador número uno o dos dentro de la Unión. La demanda importadora de la economía alemana genera valor añadido y empleo en los demás países de la UE. Casi 4,8 millones de puestos de trabajo en la Unión Europea, de ellos unos 3,5 millones en la industria, dependen directa o indirectamente de las importaciones alemanas. El mercado alemán es esencial para las exportaciones de muchos países de la UE, destacando entre ellos algunos estados miembros de reciente adhesión. La República Checa exporta más del 30% del total a Alemania. Austria, Luxemburgo, Hungría y Polonia superan el 25%. La cifra española es menor, ya que nuestras exportaciones de bienes a Alemania suponen algo más del 10% sobre el total, con datos de 2015. El estudio Prognos calcula que la demanda importadora de bienes de Alemania genera, como ya se ha dicho, en torno a 4,8 millones de puestos de trabajo en toda la Unión Europea, lo que equivale a un 2,7% del empleo total europeo. En Polonia, por ejemplo, un 9% del empleo total – más de 870.000 puestos de trabajo‐ se deben directa o indirectamente a la producción de bienes que se exportan a Alemania. En Eslovaquia se llega al 8%, mientras que Austria, Eslovenia, los Países Bajos, Hungría y Polonia están por encima del 5%. En el caso de España, se calcula que hay unos 200.000 puestos de trabajo relacionados con la demanda importadora de bienes de Alemania. Según afirma el estudio, “los resultados evidencian que son infundados los temores de que una industria alemana competitiva y con fuerte crecimiento fuese a frenar la dinámica económica en otros países. Ocurre justo lo contrario”. El estudio afirma que “una industria alemana menos competitiva generaría una menor demanda de importaciones y unos precios más elevados para los bienes exportados por Alemania, lo que sí frenaría el dinamismo económico en los restantes países de la Unión Europea”.
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