El primer ministro japonés Shinzo Abe ha estado el pasado jueves, 6 de julio, en Bruselas con motivo de la firma del ‘acuerdo político’ de libre comercio con la Unión Europea. Este trámite administrativo culmina meses de negociaciones entre ambas potencias, tan sólo un día antes de la reunión del G20 en Hamburgo, donde se tratarán temas tan sensibles como la defensa del libre comercio o la lucha contra el cambio climático. La alianza se ha interpretado como un mensaje al presidente estadounidense Donald Trump, después de que este sacara al país del tratado transpacífico de comercio (TPP) y frenara las conversaciones con Bruselas en torno a su homólogo (TTIP). La relación entre la economía nipona y la europea es muy estrecha. Japón es el sexto socio comercial de la UE (3,6% de cuota de mercado en 2016), aunque su relación en los últimos años se ha enfriado (4,9% en 2006); su peso en las importaciones comunitarias ha caído casi dos puntos en la última década, mientras que en las exportaciones se ha moderado en seis décimas. En la actualidad, Japón da origen al 4% de las importaciones comunitarias de bienes(66.700 millones) y es el destino del 3% de las exportaciones (58.100 millones). El déficit comercial de la UE en la balanza de bienes se encuentra en mínimos, tras alcanzar los 8.600 millones al cierre de 2016, frente a una media histórica de 20.000 millones. Los estados miembros que más beneficiados saldrán con la eliminación de aranceles y tarifas son: Alemania, con un superávit comercial de 3.100 millones, Irlanda, con 2.200 millones, e Italia, con 2.000 millones. En el extremo contrario, los países que más depende de Japón son: Holanda, con un déficit comercial de 6.600 millones, Reino Unido, con 5.500 millones, y Bélgica, con 4.800 millones. Por la balanza de servicios, la UE mantiene un superávit de 13.000 millones con la economía nipona, cifra que ha crecido desde los 5.000 millones de 2010. Japón es el cuarto socio comercial en relación a este sector, por detrás de EEUU, Suiza y China, con el 3% de la cuota total. Las exportaciones de servicios con este socio han crecido un 50% desde 2010, hasta alcanzar los 29.000 millones, y las importaciones lo han hecho de manera más moderada, hasta los 16.000 millones. Respecto a la inversión entre ambas potencias, aunque la UE se considera un inversor neto en Japón, la realidad es que el agregado de inversión extranjera directa (FDI) del país en la zona comunitaria es mucho mayor, alcanzando los 168.900 millones en 2015, frente a los 88.400 millones en sentido contrario.
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