El BdE pronostica una aceleración del crecimiento en el segundo trimestre

El PIB español creció un 0,9% en el segundo trimestre, una décima más que en el primero, según las primeras estimaciones publicadas por el Banco de España (BdE) en su Boletín Económico. El ritmo de avance de la actividad se intensificó entre abril y junio gracias a la recuperación del consumo privado, apoyado en la creación de puestos de trabajo y en las condiciones financieras favorables. En concreto, la contribución de la demanda nacional al PIB pasó del 0,6% en el periodo anterior al 0,8%. Además, el supervisor destaca que la inversión en construcción también habría acelerado su crecimiento. En el lado contrario, los flujos de comercio exterior parecen haber moderado su ritmo en el segundo trimestre, pasando de una contribución positiva del 0,2% a otra del 0,1%. Sin embargo, el BdE advierte de que la información disponible todavía es escasa y que su interpretación «es complicada» por la dificultad para medir los efectos de la Semana Santa.  En el mismo sentido apunta que las jornadas de huelga de los estibadores portuarios habrían tenido un impacto negativo sobre estos flujos, cuya estimación está sometida a márgenes de error elevados. La inflación también se desaceleró en comparación al primer periodo; los precios de consumo pasaron de máximos del 3% a cerrar en mayo en el 1,9%, como consecuencia del efecto asociado al componente energético. El organismo dirigido por Luis María Linde advierte de que no se aprecian señaaes de que el repunte observado en el precio de carburantes y electricidad a mediados de 2016 se esté trasladando a otros bienes y servicios de consumo, lo que impide el aumento apreciable de las presiones inflacionistas. Como retos a tener en cuenta, el BdE destaca el compromiso del Gobierno de reducir el déficit público por debajo del 3% a partir de 2018. Este objetivo está registrado en la Actualización del Programa de Estabilidad (2017-2020) y permitiría a España salir del procedimiento por déficit excesivo impuesto por la UE. Respecto a los riesgos internacionales, el supervicor destaca:  las incertidumbres acerca de las actuaciones de la nueva administración estadounidense en ámbitos tales como el de la política fiscal, la comercial o el de la regulación financiera, sobre el desarrollo del proceso de salida del Reino Unido de la UE o sobre la posibilidad de que la reconducción de los desequilibrios financieros de la economía china no se produzca de una forma ordenada.

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