El ecosistema empresarial español está constituido por cerca de un 98% de pequeñas y medianas empresas, principalmente orientadas al sector servicios (75,4%), de pequeño tamaño (un 95,7% tienen menos de 10 trabajadores) y con un porcentaje relativamente bajo de exportación (7%) e innovación (18%), según los datos del último informe de Sociedades de Garantía Recíproca (Cesgar). La consecuencia lógica de esta estructura es que el acceso a la financiación de estos negocios sea a pequeña escala y que la banca sea su primer recurso. En España se concedieron hasta 133.582 millones de euros en créditos con tope en los 250.000 euros durante 2016, un 3,8% más que en 2015, y hasta 36.347 millones en créditos con un máximo de un millón de euros, un 1,1% menos, según el boletín estadístico del Banco de España (BdE). El crédito total concedido por las entidades a las npymes fue de 169.929 millones, lo que refleja un leve aumento del 2,7% en relación al ejercicio anterior y frente al crédito a las grandes compañías, que se redujo en un 25,5% (152.665 millones). Esta caída viene explicada por los efectos de la extensión del programa de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE), incluyendo deuda corporativa. Al ser las empresas grandes las que tradicionalmente acceden a los mercados para captar financiación, han aprovechados los incentivos de esta medida para sustituir la financiación bancaria por las emisiones de bonos. Puedes descargarte aquí el texto completo del artículo
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