La eurozona se prepara para vivir unos meses muy intensos. De momento, ya ha tenido que "digerir" una rebaja global de las previsiones de crecimiento por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo dirigido por Christine Lagarde confirma que el mundo crecerá menos de los que habían previsto en octubre.
Aunque España es el único país que ha visto mejorar sus expectativas de crecimiento del PIB, la zona euro se enfrenta a una rebaja ya que para 2015, el FMI espera un crecimiento del 1,2%. Para 2016, el repunte s será del 1,4%. ¿La razón? "Los nuevos factores que respaldan el crecimiento, como el bajo precio del petróleo o la depreciación del euro y el yen, están más que compensados por otras fuerzas negativas persistentes, incluyendo el prolongado legado de la crisis y un crecimiento potencial más bajo en muchos países", según el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard.
Para Matt Siddle, gestor de Fidelity, "cabe pensar que los precios del petróleo no van a rebotar a corto plazo, ya que se tardará tiempo en solucionar el problema del exceso de oferta, pero espero que los precios reboten desde los niveles actuales inferiores a 50 dólares por barril a medio plazo". Así que la zona euro puede "respirar tranquila" en este aspecto.
En cambio, sí tendrá que hacer frente a las decisiones que tome el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed). En el caso de la Fed, Siddle apunta a que "ahora que la deuda bancaria es más accesible y los costes de financiación están descendiendo, Europa debería encontrar más apoyo en la liquidez. Aunque no resolverán de un plumazo los muchos problemas estructurales que sufre Europa, estos factores positivos deberían mejorar las perspectivas económicas para 2015".
El gestor de Fidelity también a punta a que durante este 2015 "el riesgo principal es de índole política, ya que el próximo domingo se celebrarán elecciones muy importantes en Grecia y, con efectos potenciales más significativos, en España (noviembre)".
Para Christian Gattiker, Chief Strategist and Head Research de Julius Baer, una posible decepción sobre las medidas que tome el Banco Central Europeo puede suponer un gran golpe para la economía de la zona euro. En su opinión, la forma más efectiva para estimular la eurozona sería mediante tipos bajos, pero con una política monetaria más explícita por parte del BCE.
En el caso del banco de inversión Citi se muestran más optimistas ya que piensan que un política más agresiva por parte del BCE sería un catalizador para la región tanto en el aspecto macroeconómico como en microeconómico. Aún así, Citi considera que la eurozona continúa presentando riesgos políticos y económicos importantes para los inversores.
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