El futuro de Venezuela: la transición o el colapso

La crisis que se vive en Venezuela tiene varios frentes abiertos: un componente económico, un factor político y un importante contexto social. «No hay precedentes de ningún país latinoaméricano que se haya buscado la ruina a tanta velocidad. Venezuela tiene su economía colapsada y un aparato productivo estatizado y arruinado», ha sentenciado el economista Miguel Ángel Santos, del Center of International Development de la Universidad de Harvard. Su intervención ha tenido lugar en el foro organizado por el Real Instituto Elcano a propósito de la aguda recesión que vive el país. La bonanza del mercado petrolero mantuvo el sistema hasta 2014, cuando la caída de los precios dejo en evidencia las graves carencias de su modelo económico, el bautizado por el propio Hugo Chaves como «socialismo del siglo XXI». «Hasta ahora, Venezuela ha mantenido los pagos de su deuda a costa de reducir sus importaciones. El problema es que ahora tiene confrontaciones en la calle, a nivel internacional y en los círculos financieros, que ya no quieren prestar más. Sólo falta reducir las reservas de oro al mínimo, seguir con las importaciones de alimentos y medicamentos y, por último, entrar en default e iniciar una reestructuración», ha añadido Orlando Ochoa, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. El desplome en el valor del crudo ha dejado en quiebra a una economía que depende casi al 95% de sus explotaciones de petróleo. En los años anteriores, el crecimiento se mantuvo a costa de un fuerte dinamismo en el consumo (el privado 40,6% y el público 48,6%) apoyado en un ‘boom’ de las importaciones promovido por el Gobierno central (a partir de 2006 pasa a controlar el 50% del total). En paralelo, el tejido productivo interior se fue desacelerando (crecimiento acumulado del PIB del 2,2% entre 2006 y 2014) y el Estado continuó endeudándose (entre 2006 y 2012 el Gobierno multiplicó por cinco su deuda externa). El resultado fue que a raíz de 2014 las dudas sobre Venezuela cerraron el grifo del crédito internacional y el sistema dejo de funcionar. En la actualidad se calcula que la deuda externa del país podría alcanzar los 160.000 millones de dólares (145.000 millones de euros) y los expertos creen que a finales de este año se podría producir la llamada quiebra técnica o default frente a sus acreedores internacionales, fundamentalmente China. El escenario futuro no es mucho más alentador; tras perder un 29% de su PIB en los últimos tres años, se espera que la economía venezolana se resienta un 7,4% en 2017 y un 4,1% en 2018, según los últimos pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, la inflación seguirá creciendo a tasas elevadas en el entorno de 720%-830% durante los dos próximos ejercicios. «Sólo existen tres escenarios alternativos: una posible transición negociada entre Gobierno y oposición, una presión de los sectores moderados del chavismo para modificar el sistema o seguir hacia delante con la radicalización y colapsar en menos de un año por la imposibilidad de asumir los compromisos de pago. Está claro que, sin cambio político, aunque no sea por la vía democrática, no habrá cambios económicos de calado«, ha explicado Manuel Hidalgo, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III.

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *