La medida más polémica de la última reforma fiscal del Gobierno está en la tributación de las indemnizaciones por despido. La nueva normativa marcaba que a partir de 2.000 euros por año trabajado tendrían su retención en el IRPF, quedando exentos los contribuyentes con rentas por trabajo menores a 20.000 euros anuales.
El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, ha adelantado que el Ejecutivo elevará el umbral mínimo después de una reunión mantenida con los secretarios generales de CC.OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y los presidentes de CEOE, Juan Rosell, y de Cepyme, Jesús Terciado.
Aunque no ha desvelado donde se situará el límite sin tributación, pero ha señalado que el retoque estará enfocado en proteger a los trabajadores con mayor edad y más años trabajados. Quedarán con mayor exención las personas más mayores.
Ferre ha emplazado la decisión al Consejo de Ministros del 25 julio, cuando se apruebe el proyecto de Ley de la reforma fiscal. La elevación del mínimo exento la han propuesto tanto patronal como sindicatos y para el Gobierno "no es ni mucho menos el elemento más importante de la reforma fiscal siendo un elemento de trascendencia porque puede afectar a muchos contribuyente", ha explicado Ferre, que considera que ahora toca analizar el impacto recaudatorio de los diferentes umbrales que se puedan manejar.
Durante la reunión, los sindicatos han planteado acercar la medida al régimen del País Vasco o Navarra, donde la tributación por despido está enfocada a recaudar más entre grandes directivos al quedar exentas las rentas inferiores a 180.000 euros anuales.
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