Los planes para construir el centro se remontan al año 2006, con el PSOE al frente de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha. En concreto, José María Barreda y su mano derecha, Emiliano García Page. Ese año, el Gobierno regional decidió comenzar las obras de un nuevo hospital en Toledo, situado en la zona del Polígono residencial, para dar un mejor y más nuevo servicio hospitalario a los ciudadanos. Toledo tendría el hospital más grande de Europa.
El PSOE había invertido 140 millones en la mastodóntica obra… Aunque la construcción iba a un ritmo muy lento, todo parecía ir sobre ruedas, hasta que el partido perdió las elecciones autonómicas en 2011 y la Junta de Comunidades pasó a manos del Partido Popular, en concreto, de su secretaria general, María Dolores Cospedal.
En ese momento, solo se había construido una tercera parte del complejo hospitalario, y el PP decidió paralizar las obras, alegando que la situación económica no era la adecuada y el complejo era demasiado grande, necesitando más inversión de la que podía conseguir.
Ahora, tres años después, el Gobierno Popular ha sacado esta obra a concurso. La licitación incluye la construcción, conservación y explotación del nuevo Hospital de Toledo por un importe de 1.947 millones de euros y durante 30 años.
Lucha de partidos
Lo que ni PP ni PSOE han podido levantar, ahora se pretende que lo logre un milagro. Atención a los requerimientos del concurso:
Primero: La constructora que se haga cargo de este proyecto tiene un plazo de 18 meses para finalizar el centro, y hasta que no haya terminado, no recibirá ni un euro.
Segundo: La empresa concesionaria tendrá que correr con un gasto extra de 78 millones de euros para el mantenimiento de las instalaciones durante 28 años y medio.
Por si esto no fuera suficiente, las entidades que quieran lanzarse a la aventura y hacerse con este proyecto tendrán que verse salpicadas en una lucha de partidos insultante para los ciudadanos.
Por una parte, el Partido Socialista de Castilla la Mancha, que ahora preside García Page, alcalde de Toledo, ya ha interpuesto dos recursos para intentar paralizar estas obras. Uno en materia de construcción, y otro, para intentar frenar la gestión público-privada del mismo.
Unas 300 plazas de personal sanitario, que ahora trabajan en otros centros de Toledo, pasarán a estar gestionadas por la empresa que consiga la licitación, a pesar de haber aprobado una oposición y ser personal público. Para el PSOE, esto es inadmisible.
Por su parte, desde el Partido Popular aseguran a DIRIGENTES que "este modelo de gestión público-privada tiene menor coste para los castellano manchegos. La empresa concesionaria gestionará los empleados no sanitarios (cocina, limpieza, electricidad…), pudiendo mantener su carácter estatutario quienes a día de hoy son funcionarios públicos en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Los empleados sanitarios seguirán siendo públicos e integrarán la red del Sescam".
Leandro Esteban, portavoz del Ejecutivo Regional, señaló recientemente que el secretario regional de los socialistas está demostrando que "si como gobernante no fue capaz de construirlo, como oposición ahora intenta que no se construya".
Y así siguen PP y PSOE… entre acusación y acusación… dando un ejemplo bochornoso a los toledanos. Mientras en las Urgencias del Hospital Virgen de la Salud "no cabe ni un alfiler", los ciudadanos tienen que asistir a este espectáculo lamentable, con el hospital a medio construir.
Hasta el 30 de septiembre está abierto el concurso para la finalización del hospital. Y, soprendentemente, Cospedal ha conseguido financiación. Parte del dinero que financia el proyecto correrá a cargo del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
¿Y esta captación de fondos tan oportuna? Por si ustedes se hacen esta pregunta, les recordamos que estamos a menos de 9 meses para las elecciones autonómicas.
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