El Ibex 35 termina la jornada con nuevas caídas que lleva al selectivo nacional a terminar por encima de la cota psicológica de los 10.000 puntos. El índice de referencia del mercado español acumula unas ganancias del 7,4% en el conjunto del ejercicio, impulsado en gran medida por el rally alcista del primer semestre que posteriormente se ha visto cortado por la incertidumbre política. El saldo es positivo, pero da la sensación de que se ha terminado quedando a medio gas.
Así, el factor bajista de los últimos días parece que sigue sobre la mesa en las plazas europeas más importantes. Según José Luis Cárpatos, analista independiente en Serenity Markets, esto se debe a que «el euro sigue fuerte y con ganas de irse al 1,20 gracias a la debilidad renovada del dólar». También hay que tener en cuenta que es el último día del año, por lo que «tampoco se puede descartar algunos cuadres de cartera en cualquier mercado de algunas manos fuertes despistadas que aún queden por ahí».
Por tanto, se acaba la semana, el mes y el año y empieza otro periodo. En éste, el Dow Jones ha subido un 25%, el S&P500 un 20%, el DAX casi un 14% y el FTSE un 7%. ¿Veremos estos incrementos mantenerse en 2018? La mayoría de los analistas piensan que no, que aunque inicialmente las bolsas sigan subiendo, habrá una corrección en algún momento del año que podría ser del mismo calibre que estas subidas de 2017. Michael Metcalfe, el responsable de estrategia global de State Street, piensa que mientras que la perspectiva macroeconómica se muestra positiva, tal como aparece en los datos de confianza del consumidor y de las empresas, la naturaleza más prudente de los inversores apunta a que los mercados puedan ya haber descontado muchas de las buenas noticias por pasar el año que viene.
También han pasado cosas interesantes en otros mercados, como el forex. El dólar, pese a las tres subidas de tipos que la Fed ya anunciaba hace un año, ha perdido terreno frente a sus pares, un 9% en general pero casi un 14% contra el euro. Incluso contra el yen ha caído, a pesar de que el Banco Central de Japón se ha mantenido firme en su política de superliquidez, que siempre conlleva la devaluación de la moneda.
La caída del dólar ha repercutido favorablemente en las materias primas denominadas en esta divisa, como el petróleo o el hierro, el cobre y el carbón. En particular el cobre ha sido la estrella debido a la fuerte demanda para la fabricación de vehículos eléctricos. Hasta el oro se ha visto beneficiado a pesar de no ser objeto de atracción como valor refugio porque no ha sido necesario, y ha subido al final más de un 12% en 2017. También ha ayudado a estas subidas de las commodities el sorprendente tirón de la demanda de China, especialmente en la segunda parte del año.
Este curso ha sido el del boom popular de las criptomonedas, aunque venía ya de largo la cosa. El Bitcoin ha rozado los 20.000 dólares en diciembre para luego acomodarse entre 13.000 y 15.000, pero con perspectiva alcista de fondo y transmitiendo esa energía a sus hermanos menores, como Ethereum o Ripple, entre las más de 1.400 criptomonedas que han crecido últimamente.
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