El Índice de Precios del Consumo (IPC) han registrado una subida del 0,1% con respecto al mes de noviembre, pero su tasa interanual estimada se ha situado en el 1,2%, lo que supone cerrar el año con una disminución de cinco décimas, ya que en el mes anterior la variación fue del 1,7%, según el indicador adelantado difundido este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo ha achacado esta tendencia al comportamiento que han registrado los precios de los carburantes (gasoil y gasolina), que ha sido inferior al del 2016. Pese a ello, este aumento implica que los precios son un 1,2% superior a los de hace un año. Se trata de la décimosexta tasa positiva que encadena el IPC después de que en septiembre de 2016 registrara un repunte del 0,2%. La cifra más alta se produjo en enero de 2017, cuando fue del 3%. Desde entonces, el índice ha experimentado subidas y bajadas hasta colocarse en el citado 1,2%. 
Si se confirma este dato el próximo 12 de enero, los pensionistas y funcionarios serían los más perjudicados ante la pérdida de poder adquisitivo. En concreto, los primeros perderían casi un punto de compra, ya que la pensión ha subido un 0,25% este año, mientras que en los segundos esta disminución sería menor, ya que los presupuestos contemplan una subida salarial del 1%. El pasado mes de enero, cuando los precios ascendieron un 3%, el Gobierno aplicó una subida de las pensiones del 0,25%, el mínimo establecido por el sistema que contempla un techo máximo del IPC del 0,5%. Este viernes, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar un Real Decreto de revalorización de las pensiones para subirla otro 0,25% en 2018, por lo que de seguir la tendencia alcista del precio del dinero, este colectivo sería el más perjudicado.
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