El país vive en un constante clima de tensión. Cuando se cumple el aniversario de las protestas que en febrero de 2014 causaron la muerte de 43 personas, Venezuela revive el horror. Este martes fallecía un adolescente de 14 años tras recibir un disparo de la policía.
El joven, Kluiver Roa, que era un estudiante de bachillerato en el Liceo Agustín Codazzi, se une a la de otros cinco jóvenes que han fallecido en distintas zonas del país durante las últimas semanas. En estos casos, aún está por determinar cuál ha sido el motivo.
En contra de la oposición
Aunque el policía que disparó se encuentra detenido a la espera de que se abra una investigación, este suceso es sólo un hecho más en la radicalización que está viviendo el país. El pasado mes de enero, el Gobierno venezolano permitió el uso de armas para reprimir manifestaciones y reuniones públicas.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, explicó que "es muy doloroso que perdamos un muchacho, en un hecho inverosímil, de confusión"; pero añadiendo que su fallecimiento era el resultado de la influencia de los "grupos de ultraderecha envenenando a unos muchachos".
Alerta internacional
Este hecho se suma a la detención la pasada semana del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, por parte del servicio de inteligencia de Venezuela. Maduro acusó a Ledesma de estar detrás de un supuesto golpe de Estado convocado a través de un comunicado difundido el pasado 11 de febrero y firmado por el propio Ledezma, Leopoldo López y María Corina Machado.
Desde Venezuela, el Ejecutivo de Maduro está convencido de que existe una "conspiración permanente" entre España, Estados Unidos y la oposición de su país para "sacar barbaridades de Venezuela" en los medios de comunicación. Tanto el Gobierno estadounidense como el español han desmentido estas acusaciones.
En concreto, el Departamento de Estado de EE.UU. afirmaba en un comunicado que lamentaban que "el gobierno venezolano continúe culpando a los Estados Unidos y a otros miembros de la comunidad internacional por lo que sucede en el interior de Venezuela".
Estos acontecimientos han encendido la alarma internacional y desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), señalan su "profunda preocupación" por la situación en el país sudamericano en el que "las voces de oposición resultan imprescindibles para una sociedad democrática".
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