Grecia va cogiendo el paso en las negociaciones con la Troika. Entre las primeras medidas adoptadas por Syriza tras ganar las elecciones (salario mínimo hasta los 751 euros, luz gratis para los 300.000 hogares que viven por debajo del umbral de la pobreza, mejores condiciones para devolver las deudas, acabar con el plan de movilidad y el proceso de evaluación de los funcionarios públicos o recuperar la televisión pública) destaca la formación de una comisión de investigación para analizar las circunstancias que obligaron a Grecia a firmar el plan de rescate de 2010.
La intención de renegociar las condiciones puso en vilo a la Unión Europea. Tan sólo una semana después, y con el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, de gira por Europa, las partes implicadas en el acuerdo parecen dispuestas a llegar a un punto de encuentro.
En primer lugar, la Comisión Europea filtró que la troika podría desaparecer para cumplir con las exigencias de Grecia. Mientras que, por su parte, el discurso de Grecia parece menos radical.
Deuda por bonos
En concreto, Grecia prácticamente descarta la opción de la quita de la deuda pública por una opción más flexible: canjear bonos por bonos ligados al crecimiento. Esta opción no es nada desdeñable teniendo en cuenta que los socios europeos poseen deuda griega por valor de 190.000 millones de euros. De esta forma, Grecia sólo pagaría si su PIB crece.
Aunque de momento es sólo una propuesta encima de la mesa, el mercado la ha recibido de buen grado y el Ibex 35 ha cerrado la sesión con subidas del 2,6%, hasta los 10.598 puntos.
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