Incontestable es en este arranque del segundo trimestre la fortaleza de la Bolsa europea. Las subidas MSCI EMU, que engloba las empresas de mediana y gran capitalización europeas, acumula ganancias del 9%, superando al MSCI US y al MSCI World ex EMU. Los datos macro confirman la mejora de la actividad en la Zona Euro (y hasta el prudente Banco Central Europeo coincide con que “la recuperación es cada vez más sólida”), mientras los temidos riesgos políticos se van confirmando, por ahora, como ‘no eventos’. Giro de 180º grados en el momentum y el sentimiento hacia la renta variable del Viejo Continente, con los inversores moviendo su dinero desde una Wall Street ‘cara’ y confiando en las perspectivas también de las empresas, que por primera vez en mucho tiempo ven mejoradas sus previsiones. Holanda no cayó en manos de los ‘populistas’, todo parece apuntar a que Francia tampoco lo hará, mientras que Italia aparenta tener bajo control la delicada situación de su banca y las elecciones en Alemania deberían saldarse con un mantenimiento del statu quo. Y, a pesar de esta menor incertidumbre, y de que los datos de PIB, actividad o inflación acompañan, Draghi, garante último de la recuperación, mantiene que su apoyo seguirá ahí ‘por lo que pueda pasar’. “La Bolsa europea seguirá comportándose bien”, afirma Daniel Christen, de Capital Economics. Y detalla: “Esperamos que los beneficios se vean impulsados por un crecimiento saludable en la Zona Euro y en todo el mundo. Los márgenes tienen un amplio espacio de maniobra para subir desde niveles comparativamente bajos, mientras que las ganancias podrían ser respaldadas por la depreciación del euro que esperamos para este año”. Seis pilares para Europa Mientras, desde Link Securities dan seis razones por las que los índices europeos se presentan “como los más atractivos de entre los occidentales, una vez pasado el escollo de las elecciones francesas”. Primero, “la economía de la región está creciendo al ritmo más elevado en años; segundo, los resultados empresariales han experimentado una mejoría no vista en mucho tiempo y, además, los analistas siguen revisando al alza sus expectativas de resultados para el resto del ejercicio; tercero, el BCE parece no tener intención de modificar sus actuales políticas monetarias expansivas hasta que finalice su programa de compra de activos en los mercados secundarios, algo que está previsto que ocurra a finales de año”. Además, añaden, el escenario político se ha aclarado sustancialmente; mientras que las valoraciones de las compañías europeas son más atractivas que las de las estadounidenses; y, por último, en 2016 aproximadamente unos 100.000 millones ‘salieron huyendo’ de los fondos de renta variable europeos y, según datos de Bank of America, de momento sólo ha vuelto el 10% de este importe”. Fortaleza inédita y valoraciones Por su parte, Daniel Pingarrón, de IG, describe la “fuerza alcista actual” de la Bolsa europea como “prácticamente inédita: los inversores han cambiado completamente la lógica que venían empleando en los últimos años, y resulta un mercado muy difícil de analizar. En algún momento dado se detendrán las subidas, pero no es fácil determinar cuándo, ni el tipo de corrección que nos encontraremos”. Y es que, afirma, aplicando las lógicas que han gobernado a la renta variable en los últimos años, “hace tiempo que deberíamos haber corregido, y apenas se han registrado dos capítulos de consolidación en los últimos seis meses”. En este sentido, desde AllianzGI reconocen que “teniendo en cuenta la relación precio-beneficio de Shiller, las acciones europeas parecen ligeramente sobrevaloradas respecto de su media a largo plazo; no obstante, determinados países siguen estando entre los mercados más atractivos”.
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