El Parlamento francés ha votado a favor del nuevo ejecutivo galo donde Manuel Valls ejerce como primer ministro tras la reciente remodelación del Gobierno. Entre los socialistas, 31 parlamentarios se han abstenido como muestra de su rechazo al programa de reformas que apunta un recorte de gastos. Un hecho que pone de manifiesto las tensiones en el interior del partido.
Durante su intervención, Valls ha asegurado que los países europeos deben usar toda la flexibilidad que les permiten las normas presupuestarias de la Unión Europea para suavizar la presión fiscal, y el euro tiene que debilitarse aún más para reactivar el crecimiento, según recoge Reuters. El primer ministro aseguró que los países europeos se enfrentaban a un débil crecimiento y al riesgo de deflación, que está conteniendo los ingresos públicos en Francia.
Asimismo, Valls se refirió a las recientes medidas tomadas por el Banco Central Europeo entre las que se encuentra una reducción de los tipos de interés a mínimos históricos. En este sentido, aseguró que era positiva la devaluación que ha vivido el euro tras este anuncio, pero que era necesario ir más allá.
Valls también ha hecho algunos guiños a sus compañeros de partido. Entre ellos, apuntó una subida de la pensión mínima hasta los 800 euros. Respecto al tema fiscal, aseguró que seis millones de hogares se beneficiarán de la bajada de impuestos que será efectiva el año que viene.
Esta votación se ha producido casi un mes depués de la dimisión en bloque del Ejecutivo galo por sus discrepancias en la política económica. Una crisis de Gobierno que se venía fraguando desde un tiempo antes con varios dirigentes socialistas pidiendo un cambio de rumbo en las medidas de austeridad.
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