El rescate bancario se come otros 1.400 millones por ayudas indirectas

De momento, van 61.495 millones en inyecciones capital de los cuales solo se ha recuperado 1.760 millones a cierre de 2013, en los que no están computados los 1.300 millones procedentes de la venta del 7,5% de Bankia. Pero dependiendo de la evolución de las entidades que han recibido ayudas la factura final puede engordar en miles de millones de euros.

A las ayudas directas, hay que sumar las garantías, avales y otros sistemas de asistencia que se han establecido para que los bancos sanos terminen integrando a las entidades más perjudicas. El Estado concedió más de 100.000 millones en avales para facilitar la financiación de las entidades en los mercados.

Según el Banco de España, a 30 de abril de se habían devuelto avales por 71.350 millones, el 69% de los concedidos. Quedan 30.000 millones por devolver, de los cuales no se espera registrar pérdidas al reponerse vía intereses. Otra cosa son los famosos EPA’s (Esquema de protección de activos), una forma de ayuda indirecta, que se estableció para apoyar algunas de las integraciones, como la CAM o Banco de Valencia, por los cuales el Estado otorga garantías parciales a determinadas carteras crediticias e inmuebles adjudicados que provocarían futuras pérdidas en la cuenta de resultados de las entidades sanas.

En total entre el Fondo de Rescate, el Frob financiado con fondos públicos, y el Fondo de Garantía de Depósitos, financiado por el propio sector bancario, las provisiones destinadas a cubrir el futuro agujero asciende a 7.888 millones. Apoyos en los procesos de integración Este tipo de ayudas no irá a fondo perdido hasta que las pérdidas no se materialicen, pero será difícil que las recupere el Estado

El Frob a cierre de 2013 ha duplicado las dotaciones en provisiones por las EPA hasta los 1.452 millones, según consta en su informe anual. La mayoría de entidades nacionalizadas se han convertido en un saco roto que no paran de comer recursos públicos. Las inyecciones de capital del Frob no han sido suficientes para que los bancos sanos terminen por quedárselas.

Banco de Valencia adjudica a CaixaBank por el simbólico precio de un euro después de recibir 5.500 millones en ayudas públicas. Para cerrar la operación el Frob estableció una EPA de 6.000 millones. El organismo dependiente del Ministerio de Economía provisionó más de 768 millones en 2013 al cubrir el 75,5% de las pérdidas ocasionadas por los activos de la entidad valenciana. Además de provisionar 90 millones adicionales por la devaluación de los inmuebles de su cartera inmobiliaria transmitida a la Sareb.

También se ha visto obligado a asumir 103 millones en el proceso de venta de Banco Gallego al Banco Sabadell por las garantías otorgadas en la adjudicación de activos inmobiliarios de la Sareb. La pequeña entidad gallega, que formaba parte de NovaGalicia Banco, hoy llamado Abanca tras la adquisición de Banesco, recibió 245 millones de capital público. Por su parte, por NovaGalicia Banco, que necesitó más de 9.000 millones en ayudas y fue adjudicada por 1.000 millones a la entidad venezolana Banesco, el Frob necesitó realizar provisiones por 348 millones.

En concreto, 248 millones por las garantías relacionadas en la EPA y 100 millones más que ha devuelto al Fondo de Garantía de Depósitos por su participación en la entidad. El Frob sólo ha recuperado 783 millones por las antiguas cajas gallegas. En el proceso de integración de Banco CEISS con Unicaja, el Frob se anota futuras pérdidas de 187 millones, después de haber inyectado más de 1.100 millones, para atender a las posibles reclamaciones de los afectados por preferentes.

Más ayudas en activos fiscales

Otra forma de ayuda a la banca sana para el proceso de reestructuración ha sido el aprovechamiento de los activos fiscales que poseen las entidades integradas. Son los conocidos como los DTA, por sus siglas en inglés Deferred Tax Assets, que consisten en que los bancos que se han adjudicado entidades como la CAM, Banco de Valencia, Unimm o NovaGalicia Banco se han anotado en su cuenta de resultados las desgravaciones futuras por incurrir en pérdidas de las firmas absorbidas.

El Frob no considera que este instrumento pudiera provocar algún tipo de pérdida, "por lo que no se ha registrado provisión alguna en 2013", afirma en el informe de gestión. Sin embargo, aunque no tenga impacto en las cuentas, sí supone un coste indirecto para el contribuyente porque Hacienda dejará de ingresar cantidades millonarias. Se calcula que el conjunto del sector financiero maneja 30.000 millones en créditos fiscales que puede utilizar. Banco Sabadell es una de las entidades que más acumula estos activos.

Supera los 5.000 millones, gran parte de ellos provienen por la integración de la CAM. Por su parte, los activos diferidos de CaixaBank ascienden a cerca de 9.000 millones tras quedarse con Banca Cívica y Banco Valencia. BBVA también se beneficia de esta situación en 1.400 millones y NovaGalicia Banco acumulaba casi 2.000 millones antes de ser adjudicada a Banesco.

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