Los mercados están muy pendientes de las medidas que pueda tomar el Banco Central Europeo (BCE) en cuanto a política monetaria. El QE lleva en marcha durante un periodo prolongado. Lo justo como para que ya se haya reactivado la economía europea: fundamentalmente el crédito y la inflación (a la que aún le queda por avanzar, teniendo en cuenta la subyacente, aún alejada de la meta marcada). El retorno a la normalización monetaria está más cercano como sucedió al otro lado del Atlántico y los equipos de análisis comienzan a poner fecha a esa retirada paulatina del programa de compras del Banco Central Europeo. Según AXA AM, dada la desigual fortaleza de la recuperación y la expectativa de que será menor en Europa que en Estados Unidos, prevén “movimientos extra cautelosos del BCE con compras reducidas de 60.000 a 40.000 millones de euros en el primer semestre 2018, y luego a 20.000 millones de euros en el segundo semestre antes de que las tasas suban en 2019”. Es la hoja de ruta que tendría marcada Mario Draghi para la Eurozona. En la opinión de Bank of America Merrill Lynch, apuestan por “un cambio en el lenguaje en junio, incluyendo un cambio al equilibrio neutral del riesgo, la eliminación de la idea de que los tipos podrían caer más y que el QE podría ser ampliado”. De esta forma, para la entidad estadounidense, “cabe esperar que la conferencia de prensa de septiembre sea la más interesante en términos de las medidas en el futuro sobre las compras de activos para el 2018”. Los expertos de la gestora francesa exponen que el presidente del BCE “se ha mostrado claro con la explicación de la secuencia que el BCE tiene para desarrollar la normalización de los tipos de interés”. De hecho, la metodología de la política monetaria ha establecido en cuatro criterios que se han de cumplir antes que el máximo dirigente del organismo monetario europeo adopte un cambio de rumbo. Así pues, el factor más determinante sigue siendo la inflación y la inflación subyacente, que previsiblemente puede avanzará a un ritmo lento. El equipo de analistas de AXA sostiene que aunque la inflación subyacente debería mejorar gradualmente, “se mantendrá muy por debajo de la meta del BCE”. Y la reciente evolución de los precios del petróleo “ha mantenido nuestro pronóstico de 2017 en el 1,6%, pero fuera de nuestro pronóstico 2018, ahora en el 1,2%”.
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