Al menos así lo consideran los analistas de Deutsche Bank, que en una nota a clientes consideran que la baja volatilidad actual no es debida solo a un escenario de bajos tipos de interés y crecimiento económico. A su juicio, la gran banca de inversión, y su operativa para cubrir la exposición sobre el S&P 500 (índice sobre el que se basa el VIX), está ayudando a mantener ese indicador en mínimos. El VIX mide otra cosa que la volatilidad implícita de las opciones sobre las acciones que componen el índice S&P500 para un periodo de 30 días. Según sus cálculos, las entidades tendrían que comprar 14.000 millones de dólares si el S&P cayese un 1%. Algo que no ha sucedido en muchas sesiones este año. De hecho, y según cálculos de JP Morgan AM, mientras en los primeros trimestres del año analizados se registran, de media, 18 días en los que el S&P 500 sube o baja más de un 1%, en los tres primeros meses de 2017 esto solo ha sucedido en dos jornadas. Del mismo modo, apuntan al papel que productos como los ETFs y otros derivados están teniendo en este ‘raro’ escenario de baja volatilidad pese a los retos electorales, geopolíticos e incluso empresariales. Según recuerdan los expertos, los productos cotizados suelen funcionar comprando futuros del VIX a medida que sube el índice subyacente, vendiéndolos a medida que disminuye. Si los inversores esperan que el VIX vaya a aumentar, los gestores comprarían más futuros del VIX o más ETFs referenciados al indicador para apostar a que así lo hará. Y así está sucediendo ya según los datos que manejan los expertos. ¿Anticipa esto una fuerte corrección? “Mucho se está hablando en el mercado del nivel históricamente bajo del índice de volatilidad VIX. Históricamente estos mínimos han anticipado repuntes fuertes de la volatilidad”, advierte Jorge López desde XTB. Sin embargo, coincide con la idea de los expertos de Capital Economics al asegurar que «esto no quiere decir que cuando esté en niveles bajos vaya a haber una corrección». Por ejemplo, recuerdan cómo a mediados de los 90 fue así y los precios de las acciones subieron. «Las correcciones importantes no son causadas por una baja volatilidad, sino por algo más fundamental, como el inicio de una recesión», concluye. Sí, es cierto, que se pueden producir descensos en Bolsa por razones que no tengan que ver con la economía, «como en 1987, pero en seis de las diez correcciones de la última década, cuando el S&P 500 ha caído más de un 20% (definición de mercado bajista), se han producido en o cerca de crisis económicas», recuerdan los expertos. De hecho, JP Morgan apunta a cuatro motivos que darían lugar a un ciclo bajista del mercado (caída superior al 20%): Según sus estudios, las mayores correcciones del mercado se han dado cuando se cumplían, al menos, dos de estos cuatro escenarios: recesión, pico de las materias primas (importante movimiento al alza), ajuste agresivo en la política monetaria de la Fed, o valoraciones extremas, que los expertos consideran cuando el PER del S&P 500 en los últimos 12 meses fue aproximadamente dos desviaciones estándar por encima de las medias a largo plazo. De momento, y pese a las dudas sobre el impacto de las medidas de Trump, la economía estadounidense sigue creciendo. Sin duda tampoco hay un pico en las materias primas, y la subida de tipos esperada será muy gradual. La duda está en las valoraciones, y, aunque más ajustadas que en años anteriores, las subidas en Wall Street han venido acompañadas por un incremento acorde en los beneficios empresariales. Este será, sin duda, uno de los factores clave a vigilar para comprobar si la Bolsa está cara o barata.
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