Los operadores InterRail Services (IRS) y DB Schenker Rail, de Deutsche Bahn, han puesto en marcha el primer tren de mercancías directo entre China y España. En total, 13.000 kilómetros de ruta ferroviaria. Actualmente, los mercancías que unían el gigante asiático con Europa solo llegaban hasta Alemania.
Este tren llegó a la terminal de Abroñiga (Madrid) el 9 de diciembre con decenas de contenedores cargados de todo tipo de productos asiáticos, que habían recorrido la ya bautizada ‘nueva ruta de la seda’.
Una vez vaciado (y consumido), la salida de este tren, cargado con productos sobre todo alimenticios españoles estaba prevista para mediados de este mes, con el tiempo necesario para llegar allí antes de la celebración del año nuevo chino, el 19 de febrero. Sin embargo, se antoja difícil que se cumplan estas previsiones, ya que los 30 contenedores azules continúan vacíos y apilados en la estación de Abroñigal.
El motivo, el frío invierno ruso y los elevados costes del transporte. La idea inicial era utilizar este transporte para enviar vino y aceite español a China. Estos productos cada vez son más famosos y cotizados en el país asiático, que se ha convertido en un importante consumidor de alimentos típicos españoles. Sin embargo, las botellas de cristal que se utiliza como recipiente para el vino, y en ocasiones también para el aceite, no soportan las bajas temperaturas. El líquido se dilata y hace que la botella estalle al congelarse. Una de las soluciones que se plantea es que, al llegar al este de Europa, antes de entrar en Rusia, las mercancías sean trasladadas a contenedores acondicionados, pero aumentaría los costes.
Además del clima, el coste del envío es otra de las trabas con las que se ha encontrado el Yixinou. Este tren es posiblemente mucho más rápido y fiable que un barco, lo que supone una alternativa muy atractiva sobre todo para el envío de productos perecederos, pero es entre un 20% y un 30% más cara que la vía marítima.
Estas dificultades para llenar el tren de vuelta ilustran la desigualdad comercial entre China y España, marcada por la entrada masiva de productos chinos y la exportación, creciente, pero mucho menor, de productos españoles.
Una delegación oficial procedente de Yiwu, el lugar estratégico donde debería descargar el tren, tiene previsto aterrizar en España la próxima semana para dar un impulso a este proyecto, por lo que habrá que esperar para ver si finalmente, la ‘dieta mediterránea’ inunda China.
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