Entidades bancarias y productos financieros

Las entidades bancarias, los bancos y las cajas de ahorro, cumplen con un propósito: prestar servicios bancarios. Se encargan de recaudar dinero para realizar préstamos más adelante o conceder créditos. Además, por ley son las únicas que pueden realizar esta actividad de captación de fondos reembolsables del público. Estas entidades no surgen así como así, para crear un banco es necesaria la autorización previa del Banco de España y el cumplimiento de una serie de requisitos. También se realizarán visitas de control de las entidades sin previo aviso. En 2015, el Banco de España visitó 42 entidades de todo el país para realizar inspecciones y comprobar que se cumplieran las pautas de transparencia y buenas prácticas exigidas. Se realizaron 465 procesos de supervisión, poniendo especialmente la atención en los altos cargos y dando mucha importancia a la transparencia de los productos hipotecarios.

Este tipo de créditos, las llamadas hipotecas, son los productos financieros más importantes debido al gran desembolso de dinero que suponen y a la larga duración del proceso. En muchos casos, estos trámites no resultan claros al existir una gran incomprensión por parte de los usuarios acerca de estos productos. Según una encuesta de Rastreator.com, el comparador de seguros, más del 50% de los españoles reconoce haber contratado productos financieros sin llegar a comprenderlos del todo, con el consecuente riesgo de que no se adecúen a sus necesidades.

Los créditos personales, las cuentas, o los depósitos son algunos de los productos financieros más relevantes. En el caso del crédito, el banco comprobará la capacidad de pago que tiene el usuario que lo solicita, y quien suscriba ese crédito recibirá un dinero determinado que tendrá que devolver en un plazo concreto y con unas condiciones. Las cuentas bancarias, por su parte, pueden ser de varios tipos, como cuentas corrientes o de ahorro, y permiten a sus usuarios realizar operaciones con su dinero. En el caso de los depósitos bancarios, se configuran como un almacén en el que el dinero se acumula y va generando un interés que el cliente recibirá al terminar el plazo de ese depósito.

Eva Martín, periodista

hemeroteca

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