A pesar de que los fondos europeos de rehabilitación energética ponen a disposición de los ciudadanos la posibilidad de mejorar la habitabilidad, así como la reducción de la factura energética, aún son grandes desconocidos para gran parte de la sociedad. En una entrevista con DIRIGENTES, Isabel Alonso de Armas, directora de Sostenibilidad y Desarrollo de Negocio en BMI Group, analiza las claves para entender su potencial y el camino que se debe seguir para solicitarlos.
Los fondos europeos de rehabilitación energética han estado disponibles a lo largo de los últimos meses. Sin embargo, mucha gente no conoce su existencia. ¿A qué se debe este desconocimiento?
La gran mayoría de las comunidades y ciudades autónomas han puesto en marcha ya los programas de rehabilitación en alguno de sus niveles -barrio, edificio o vivienda-, si bien todavía muchos ciudadanos desconocen cómo acceder a dichas ayudas. Es por ello por lo que son tan importantes las campañas de comunicación para que el propietario perciba fácil y asequible el proceso, siendo un buen ejemplo la que realiza el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid en la radio, explicando que su oficina de rehabilitación está abierta para informar y ayudar en las gestiones de las subvenciones a la ciudadanía y profesionales que lo precisen. BMI, junto con Isaval y ChovA, colabora con dicha oficina desde su iniciativa Envoltherm, asesorando en intervenciones de fachada y cubierta, para poder alcanzar el objetivo de reducción de demanda energética clave para la obtención de ayudas.
¿En qué punto se encuentra la iniciativa?
Nos encontramos en una fase temprana, la de información y presentación de solicitudes de ayudas. En los próximos meses podremos ver qué regiones han sido las más activas y en qué escala, así como en términos de agilidad de gestión de los expedientes para la concesión de las ayudas. Visibilizar que es una realidad ayudará a crear confianza e impulsar el efecto llamada, por lo que será esencial mostrar obras financiadas por las ayudas para acelerar la rehabilitación de los edificios al ritmo necesario para alcanzar las 510.000 actuaciones de renovación de viviendas antes del segundo trimestre de 2026.
¿Hasta cuándo estarán disponibles estos fondos y qué presupuesto se puede llegar a obtener?
En relación con la cuantía por vivienda, para el caso del Programa de ayuda a las actuaciones de rehabilitación a nivel de edificio (Programa 3), los beneficiarios podrán cubrir entre el 40 y el 80% de los costes en función de los ahorros de consumo conseguidos -de 6.300 euros a 18.800 euros por vivienda-, pudiendo llegar al 100% en el caso de vulnerabilidad económica. A lo que se suma la reducción del IRPF -hasta el 60%, con un máximo de 15.000 euros-, la no tributación de las ayudas obtenidas en el IRPF y la aplicación del IVA reducido del 10%.
La ejecución de todas las actuaciones subvencionadas tendrá que haber finalizado antes del 30 de junio de 2026, habiendo sido los fondos asignados a más tardar en 2024. Dado que estamos comenzando 2023, debemos acelerar el ritmo de las acciones y puesta en marcha para lograr movilizar los fondos disponibles. El objetivo a 2050 de alcanzar la descarbonización de nuestro parque edificado no acaba más que empezar, por lo que lo más recomendable sería aprovechar las facilidades que ahora se presentan en este camino sin retorno.
¿Qué requisitos debe cumplir una vivienda para ser candidata a solicitar los fondos europeos de rehabilitación energética?
El Programa 3, anteriormente mencionado, pone el foco en los edificios con al menos el 50% de su superficie construida sobre rasante -excluida la planta baja- de uso residencial colectivo. Las actuaciones de rehabilitación en los edificios residenciales y viviendas unifamiliares deben mejorar la eficiencia energética, lo que implica una reducción de la demanda de energía global anual de calefacción y refrigeración -al menos el 35% en zonas climáticas D y E, así como 25% en zona climática C-, sumado a una reducción mínima del 30% del consumo energía primaria no renovable, referida a la certificación energética. Para ello, las actuaciones sobre la envolvente edificatoria -fachadas y cubierta- son el punto de partida que la mayoría de los edificios deben acometer, digamos, ponerle un abrigo al edificio.
Una vez que una vivienda es elegida para recibir estos fondos, ¿cuáles son los siguientes pasos que debe dar?
Lo primero que recomendaría sería contar con un profesional que conozca el proceso para que el camino que emprenda la comunidad sea sencillo. Dado que la primera intervención que se suelen plantear las comunidades de propietarios es actuar sobre la envolvente -fachada y cubierta-, desde BMI les ayudamos con este paso. Se han de analizar las intervenciones que precisa el edificio para su mejora de eficiencia energética conjugado con la obtención de las ayudas, para posteriormente, comenzar a elaborar el proyecto o memoria técnica, certificado energético, etc., que requiere la presentación de la solicitud.
¿Qué beneficios obtiene el propietario del inmueble?
Los beneficios son muchos, desde la mejora de las condiciones de habitabilidad -confort térmico, lumínico, acústico y calidad del aire- hasta la reducción de la factura energética, nada despreciable estos meses. Con una mirada más amplia, también implica una revalorización del inmueble, así como iniciar los pasos hacia la descarbonización del patrimonio inmobiliario.
Puede beneficiarse de estas ayudas desde el arrendatario de la vivienda -habiendo pactado con el propietario para costear las obras a cambio del pago de la renta- hasta el propietario de la vivienda ya sea persona física o jurídica, por lo que es un momento clave para definir la estrategia de desencarbonización del patrimonio inmobiliario. Dicho camino ha sido definido por la UE -a alcanzar en 2050-, pero dependerá de nosotros si queremos estar en cabeza, apoyándonos en las ayudas y reducción de impuestos ahora disponibles, o quedar en la cola, rezagados a la espera de que el coche escoba nos recoja, con lo que esto pueda llegar a implicar.
Desde la UE se está estudiando acelerar la reducción de emisiones de CO2 de los edificios, ¿qué implicaciones puede tener para los propietarios de edificios residenciales y no residenciales?
Para la UE es estratégico actuar sobre la edificación, pues es responsable del 36% del total de GEI relacionadas con la energía, así como del 40% de la energía consumida. Es por ello, por lo que el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía ha realizado una propuesta de revisión de la directiva de eficiencia energética de los edificios, que comienza con que los nuevos sean cero emisiones a partir de 2030, así como que se diseñen para optimizar su potencial de producción de energía solar.
En relación con el parque edificado se marcan dos hitos intermedios previos a 2050 para asegurar que se avanza a buen ritmo. Por ejemplo, para residencial se deberá alcanzar en su conjunto la letra D en 2033 en términos de consumo medio de energía primaria, debiendo cada estado miembro definir su propia trayectoria. En relación con los edificios existentes no residenciales se fijaría para 2030 el objetivo de consumo de energía primaria por debajo del correspondiente al 15% de los edificios no residenciales menos eficientes. Y el segundo umbral por debajo del 25% para 2034. El reto de la eficiencia energética y la reducción de emisiones del parque edificado se puede convertir en un riesgo o en una oportunidad, dependerá de cómo se afronte en la propia estrategia de descarbonización del patrimonio inmobiliario.
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