España, una potencia mundial en ciberseguridad, pero con desafíos por resolver

Por Antonio García, CEO de Teldat

En los últimos años, España ha experimentado notables avances en el ámbito de la ciberseguridad impulsados en gran medida por inversiones significativas y la instalación de centros de referencia, como la apuesta de Google por Málaga para abrir su primer centro de ciberseguridad europeo. Aunque estos logros posicionan al país como una potencia mundial en la materia, persisten desafíos cruciales, especialmente en lo que respecta a la concienciación y la falta de soberanía tecnológica y digital.

Retos y soluciones para la ciberseguridad en España

La aparición de grandes avances tecnológicos como el IoT, el 5G, blockchain y la inteligencia artificial, ha sido clave para una evolución y sofisticación de la seguridad en la red. Sin embargo, este progreso ha venido acompañado de amenazas cada vez más complejas y de la profesionalización de los ciberdelincuentes. Además, la expansión de dispositivos conectados ha ampliado la superficie de exposición, requiriendo mayores esfuerzos y tecnología para la protección.

Ante esta situación, la creación de plataformas capaces de detectar y reaccionar de manera automatizada a las amenazas resulta clave. La fatiga de los equipos de seguridad frente al abrumador volumen de alertas subraya la necesidad de herramientas que operen sin intervención humana. La integración de servicios de seguridad en la nube y la adopción de enfoques como SASE híbrido se presentan como soluciones para simplificar operaciones y reducir tiempos de implementación y soporte.

Otro de los grandes problemas de España en esta materia es la falta de información y conciencia. Muchas empresas aún no consideran la inversión en sistemas de protección contra ciberataques como una prioridad, principalmente debido al desconocimiento de los riesgos a los que están expuestas. De hecho, y según datos de Google, el 43% de los ciberataques a nivel mundial se dirigen a pymes, lo que es especialmente preocupante en un país como España, donde gran parte del tejido productivo está formado por este tipo de compañías. Las pequeñas y medianas empresas, en particular, subestiman su vulnerabilidad y, como resultado, se convierten en blancos fáciles para los ciberdelincuentes.

El impacto de los ciberataques se refleja también en el cierre de numerosas PYMES, afectando directamente al tejido productivo español. Esta situación podría revertirse mediante programas estatales de información y financiación, permitiendo que estas empresas implementen infraestructuras de ciberseguridad. Desde Teldat, basándonos en nuestra experiencia en comunicaciones, abogamos por medidas de seguridad digital integrales que aborden los puntos débiles de cada empresa, desde el endpoint hasta el datacenter y la nube, aplicando tecnologías clave de ciberseguridad adaptadas a cada cliente.

Finalmente, es clave que las acciones futuras en ciberseguridad estén enfocadas a recuperar la soberanía digital y la capacidad de desarrollar tecnologías esenciales para la defensa cibernética de instituciones y empresas españolas y europeas. La dependencia actual de proveedores de servicios de países no alineados con la UE destaca la necesidad de inversiones para la creación de servicios y productos propios en ciberseguridad.

En resumen, a pesar de los avances logrados en los últimos años, España enfrenta desafíos significativos en ciberseguridad en 2024. La independencia tecnológica, la concienciación y la adopción de tecnologías innovadoras serán cruciales para asegurar un entorno digital seguro en el futuro.

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