La desigualdad, la pobreza y la exclusión no son sólo problemas en el Sur de Europa, sino que afectan a todo el mercado común, con especial incidencia en las zonas del Este. Según los últimos datos publicados por Eurostat (2015): el 20% de la población más rica (el tramo de ingresos más alto) gana en media un 5,2% más que el 20% de la población más pobre. Los gobiernos, políticos y la sociedad en general no pueden combatir estos problemas sin conocer los datos sobre pobreza relativa, que hace referencia a la distribución de los recursos entre la población. Estos desequilibrios muestran diferencias importantes según los estados miembros. Los países que menos distancia presentan entre tramos de ingresos son Eslovaquia y la República Checa (3,5 puntos porcentuales), duplicando sus niveles en Portugal, Estonia, Letonia, Grecia, España, Bulgaria y Lituania (6,0 o más puntos porcentuales), y con el máximo de Rumanía (8,3 puntos porcentuales). Respecto a los países terceros, Islandia (3,4 puntos porcentuales) presenta niveles de desigualdad en la distribución de los ingresos bastante bajos, al igual que Noruega (3,5 puntos porcentuales). En el otro extremo, Turquía (8,7 puntos porcentuales) y Serbia (9 puntos porcentuales) superan incluso la media de la UE. Por grupos sociales, el envejecimiento de la población y su mayor desprotección han convertido a la tercera edad (+65 años) en un grupo especialmente vulnerable en términos de desigualdad. En la Unión, este grupo percibe un ingreso medio equivalente al 93% del ingreso medio de la población menor de 65 años. Hasta en seis países, incluidos Luxemburgo ,Grecia y España, esta cuantía es incluso mayor, mientras que el Bélgica, Dinamarca o Malta los ratios no alcanzan el 80%.
hemeroteca