En los últimos años las empresas se han enfrentado a shocks consecutivos difíciles de prever o de imaginar, a los que se ha sumado un contexto donde los gobiernos europeos llaman a un cambio en los modos de producción hacia economías e industrias sostenibles, con la imposición de restricciones a determinadas actividades y calendarios estrictos de objetivos climáticos. Todo ello se sucede en paralelo a múltiples riesgos internacionales, como la guerra que vivimos a las puertas de Europa o el crecimiento incesante de la tensión entre Estados Unidos y China, por poner solo dos ejemplos en el marco de un global marcado por la policrisis.
Sin duda las empresas son conscientes de la importancia estratégica de la sostenibilidad, del impacto que las políticas al respecto tienen o van a tener sobre el planeta y sobre su negocio, y, en nuestra experiencia, la mayoría está trabajando para integrar políticas medioambientales en su estrategia de negocio, en sus procesos industriales e incluso en su objeto social.
Ahora bien, entendemos los enormes retos que representa este esfuerzo para las empresas y su coincidencia en el tiempo con otras amenazas y urgencias también inmediatas, como la digitalización y la captación de talento. Todas ellas son absolutamente prioritarias y dependiendo del tamaño y las capacidades de la empresa resultan inabordables a un mismo tiempo y con la velocidad deseada.
Esta especie de indigestión no es solo una percepción personal, sino que es una de las principales conclusiones que vienen arrojando los últimos informes del Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales alertan de un estancamiento en el avance de la Agenda 2030. Afortunadamente, el observatorio también ofrece varias propuestas para acelerar la transformación, y a este respecto permítanme detenerme en dos de ellas: por un lado, «fortalecer el papel de las agencias y bancos de desarrollo» y, por otro lado, «potenciar la participación de los actores privados en la transferencia de conocimiento e innovación para acelerar el progreso hacia un mundo más sostenible».
En Cesce, agencia española de crédito a la exportación, llevamos años apostando por esa solución, ampliando nuestro catálogo de productos por cuenta del Estado para acompañar, apoyar e impulsar precisamente la transformación de nuestras empresas.
Productos como nuestras Pólizas Verdes de Exportación y de Inversión, que operan sobre proyectos que tengan tal consideración, de acuerdo a la normativa europea, las Pólizas de Inversión Estratégica, que apoyan la financiación en España en determinados sectores, o las Pólizas de riesgo de crédito de consumidores electrointensivos, que facilitan la firma de contratos de compraventa de energía eléctrica (PPA) a medio-largo plazo entre un Consumidor Electrointensivo y un vendedor de energía eléctrica de origen renovable, se han desarrollado para dar respuesta a nuevas necesidades del tejido empresarial de nuestro país, facilitando la financiación de esa transición en las condiciones económicas más favorables y mitigando los riegos.
De esta forma, tras más de 50 años de historia, Cesce sigue en constante evolución, para adaptarse a las necesidades de las empresas, a la realidad social y, en este caso a los retos medioambientales.
Como prueba de este compromiso hemos querido dar una vuelta de tuerca a nuestro Plan Estratégico incorporando al mismo líneas de acción contundentes para potenciar nuestra actividad y cumplir nuestro objeto social, adaptándonos a los cambios constantes del mercado y apostando por un sano equilibrio y compromiso con el medioambiente, el crecimiento, la eficiencia y la rentabilidad.
Asimismo, estamos trabajando en nuestro Plan Director de Sostenibilidad que verá la luz este mismo año. Bajo sus directrices se sentarán las bases para reforzar a la sostenibilidad como el verdadero eje transversal de Cesce con implicación en todos sus estamentos.
La sostenibilidad se conjugará así a la perfección con nuestra actividad aseguradora. Las empresas públicas y privadas, administraciones y ciudadanos, sin duda, podemos marcar la diferencia y hacer frente a los desafíos.
Opinión