Según el índice FipeZap de precios de inmuebles anunciados -el principal termómetro del mercado inmobiliario brasileño para las 16 mayores ciudades del país- el coste de los pisos en venta subió un 21,3% entre junio de 2012 y febrero de 2014. No obstante, ese crecimiento ha sido menor tanto en la venta como en el al quiler de inmuebles en los últimos meses y aunque no han llegado a disminuir sí que han mantenido una subida mucho más moderada.
Y pese a que la lupa de la prevención está sobre las grandes ciudades nacionales, Sao Paulo y Rio de Janeiro, la especulación financiera se está dejando ver también en urbes medianas como Curitiba (capital del estado de Paraná con unos 1,7 millones de habitantes) que fue una de las que registró un mayor desate en el precio del metro cuadrado. Aún así, las campeonas de la especulación financiera son las dos mayores en población, Sao Paulo y Rio de Janeiro, con casi 11 millones y 6,3 millones de ciudadanos censados, respectivamente.
La antigua capital del país, Rio de Janeiro, registró en el último año un ascenso del 15,2% en el precio de venta de los inmuebles mientras que los alquileres, con oscilaciones, subieron un 7,1% en el mismo período comprendido entre febrero de 2013 y febrero de 2014.
Por otra parte, en la considerada capital financiera de Brasil, Sao Paulo, la variación en dicho plazo para la venta de propiedades inmobiliarias fue de un alza de 13,5% y de un 6,2% para los alquileres. El precio por metro cuadrado ascendía en octubre del pasado año a 9.700 reales (unos 3.000 euros) en Rio de Janeiro, la ciudad más cara de América Latina para adquirir un inmueble, mientras que la capital, Brasilia, marcó su registro en 8.595 reales (unos 2.680 euros) y Sao Paulo en 7.631 reales (unos 2.380 euros).
Diferencias Brasil-España
La creación de una burbuja y una hipotética explosión de la misma sería, en comparación con el caso español, menos dramática. A diferencia de España, con una ley inmobiliaria prácticamente única en el mundo, en Brasil el propietario de un piso con una hipoteca a la que no pueda hacer frente, puede deshacerse de la casa entregándosela al banco y ahí termina su relación con la entidad, no tiene que seguir pagando el crédito concedido sino que éste se conmuta por la propiedad.
No obstante, y a pesar de la obvia tendencia de subida de los precios para ambas formas de propiedad, la tesis de una existencia de una burbuja inmobiliaria desata aun hoy la división de opiniones entre los expertos.
Tanto es así que el popular diario ‘La Folha de Sao Paulo’ o el programa de televisión ‘Cuenta Corriente’, de la poderosa cadena Globo, debaten el tema con bastante asiduidad y ofrecen espacios a ambas versiones para que públicamente se enfrenten las teorías.
En este contexto, el profesor de Finanzas de la Fundación Getúlio Vargas, Samy Dana, ironiza sobre la polémica de la existencia de la burbuja con la explicación de que el primer elemento para demostrar su presencia es precisamente esa falta de unanimidad entre los expertos.
"Me asusta el alza de los precios de los inmuebles, hay demanda de agua, de luz o de comida, pero no por eso deben subir los precios hasta el infinito", ha defendido Dana en varias ocasiones y también ha alertado de que una crisis de crédito en la que el brasileño entregue su casa al banco por imposibilidad de pago puede provocar una crisis del sistema inmobiliario.
Dana, que suele huir más de tecnicismos que sus "contrincantes" en esta discusión, mantiene que si se observa el mercado inmobiliario brasileño se puede concluir que el principio de "comprar barato y vender caro" ha sido "tomado muy en serio por quien hoy pretende vender" una propiedad.
Puede leer el reportaje completo en nuestra revista Dirigentes del mes de mayo
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