Ganancias cercanas al 6% de media en las Bolsas de Europa y EEUU para cerrar el primer trimestre. Ascenso que asciende al 11,8% en el caso del Ibex, en el que ha sido su mejor trimestre desde 2015. Sin duda, el arranque de 2017, a pesar de todo el ‘ruido’ y riesgo político ha sido brillante para la renta variable, de la mano de una mejora de la macro ‘atrasada’ (PIB o empleo) como ‘adelantada’ (PMIs, índices de confianza…). Repunte de las expectativas de crecimiento e inflación a lo largo y ancho del planeta, aceleradas por las todavía promesas fiscales y de inversión del presidente norteamericano, Donald Trump que, aunque en menor medida, se espera se extiendan al resto de países, provocando una ‘marcha atrás’ de los bancos centrales (gradual y divergente, sí). En definitiva, pueda que la vuelta a la normalidad tras la Gran Recesión. “Las economías desarrolladas están atravesando por uno de sus mejores momentos tras la gran crisis financiera y económica”, apunta Link Securities. Reconoce esta firma la sobrecompra de las Bolsas, sobre todo Wall Street, que acompaña a este optimismo. Y, en este sentido, Renta 4 habla de la posibilidad de una “toma de beneficios que sería sana el el corto plazo”. Con todo, estos expertos mantienen su idea de sobreponderar a medio plazo renta variable, “sobre todo europea”, pues llaman la atención sobre la recuperación macro y de los resultados empresariales (con revisiones de beneficio por acción en máximos de seis años y mejora de márgenes tras cinco ejercicios de caídas, ROE haciendo suelo). Asimismo, consideran que los precios de las Bolsas del Viejo Continente son más atractivos que los de EEUU y también lo son las “valoraciones relativas frente a la renta fija”. Ahora bien, recomiendan elegir bien los puntos de entrada (timing) ante la volatilidad esperada y ser muy selectivos por valores (stock picking). Y es que, creen, que, en el plano macro, las encuestas podrían estar acerándose a máximos; mientras que el mercado puede impacientarse ante la falta de concreción de los estímulos de Trump; y también podría ponerse nervioso por el endurecimiento monetario tanto de la Fed, como del BCE. Finalmente, conviene tener presente la agenda electoral europea: “Esperamos ruido, aunque no escenarios de resultados extremos”. Renta fija: más riesgo que oportunidad Añade el Departamento de Análisis de Bankinter que, por otro lado, “unas mayores perspectivas de inflación restan atractivo a la renta fija”. Un tipo de activo, reiteran, que presenta “más riesgos que oportunidades. El proceso de aumento de la pendiente de la curva de tipos ha llegado para quedarse. Por tanto, en un momento en el que la liquidez en mercado sigue siendo muy elevada, las alternativas de inversión a la renta variable son ciertamente limitadas. Este escenario favorecerá que el flujo de fondos continúe reconduciéndose hacia Bolsas. Y especialmente hacia aquellos sectores más ligados al ciclo como el industrial, el tecnológico y el financiero”. En concreto, su escenario base para el Ibex contempla un precio objetivo de 10.860 puntos para 2017, frente a los 10.202 que estimaban en diciembre. “Esta valoración implica un potencial del 5,3% desde los niveles actuales de cotización y justifica nuestra recomendación de comprar sobre este índice”, destacan. El selectivo español y Europa en general son los mercados favoritos de estos expertos, seguidos de EEUU, mientras que para Japón siguen neutrales. Por el contrario, apuestan por vender tanto bonos soberanos, como corporativos; aunque también siguen neutrales en high yield. “La mejora del ciclo así como de las materias primas, supondrá una caída en las tasas de defaults. Esto será descontado positivamente. A su vez, la búsqueda de rentabilidad, desplazará a los inversores hacia este tipo de activos con tasas de retorno superiores”, detallan. El inmobiliario, por su parte, copa diversas posturas: inversión directa en activos en España,” por la tendencia moderadamente alcista de los precios en residencial y rentas por alquiler en activos comerciales”. Neutral para Europa, recomendando “no tener en cartera fondos de inversión en el sector inmobiliario, penalizados por dos factores: expectativa de subida de tipos de interés, precios ya elevados y riesgo de descenso de precios en el mercado de oficinas londinense como consecuencia del Brexit”. Finalmente, reiteran vender depósitos, “por su baja rentabilidad y a un ciclo económico que gana tracción”.
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