La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una idea futurista para convertirse en una herramienta esencial en los negocios. Su impacto se siente en dos áreas clave: el aumento de la productividad y la estimulación de la creatividad.
La innovación y la tecnología son dos conceptos que pivotan de manera excelente sobre el potencial de la inteligencia artificial, siendo crucial que las organizaciones adopten estas herramientas para sus procesos de actualización y transformación, y así mantenerse competitivas. La IA no solo está automatizando procesos, sino que también está mejorando la toma de decisiones, personalizando la experiencia del cliente y optimizando las operaciones internas. En definitiva, la IA ofrece oportunidades clave para diferenciarse en mercados en ocasiones saturados y volátiles.
Uno de los beneficios más directos de la IA es la automatización de tareas repetitivas, permitiendo a los equipos centrarse en actividades estratégicas de mayor valor. Por ejemplo, el uso de IA permite ya una recogida de conclusiones de una videoconferencia en tu sistema CRM (Customer Relationship Management), una gestión automatizada de los contactos o la creación de campañas de marketing personalizadas con un mayor índice de éxito. Estas herramientas eliminan el esfuerzo manual incluso de los reportes comerciales, ahorran tiempo y reducen errores humanos.
Además, la IA proporciona análisis predictivos que permiten anticipar cambios en la demanda de productos, optimizar la cadena de suministro y ajustar los niveles de inventario de manera más precisa. Esto es crucial en mercados donde la agilidad es clave, y la eficiencia en los tiempos de entrega puede ser un factor decisivo para ganar o perder un cliente. La capacidad de predecir qué productos tendrán mayor demanda o cuándo se necesitarán ciertos suministros puede marcar una gran diferencia en la rentabilidad y el servicio al cliente.
Otra área en la que la IA puede ofrecer ventajas es en la personalización del servicio. Hoy en día, los clientes esperan soluciones adaptadas a sus necesidades específicas, y la IA permite crear propuestas altamente personalizadas basadas en el análisis de grandes cantidades de datos. Estas soluciones pueden ir desde recomendaciones de productos hasta la optimización de la experiencia post-venta, mejorando la retención y satisfacción del cliente.
Sin embargo, para que la adopción de IA sea efectiva, las empresas necesitan no solo la tecnología, sino también la mentalidad adecuada. Las organizaciones deben estar dispuestas a cambiar y a adoptar nuevas formas de trabajar, dejando atrás procesos tradicionales que ya no son efectivos. Esto requiere una cultura de flexibilidad y aprendizaje continuo.
En EstrategíZATE nos encontramos muchas veces con empresarios que tienen sus creencias limitantes hacia avanzar en el análisis de cómo la IA me puede ayudar en mi negocio, en gran medida por el desconocimiento del potencial de esta tecnología y las herramientas asociadas a ella.
Estas son tres las creencias limitantes más comunes que nos encontramos:
«La IA es demasiado compleja y requiere conocimientos técnicos avanzados»:
Muchas empresas B2B creen que para implementar IA es necesario tener un equipo altamente especializado o una infraestructura tecnológica compleja y costosa. Piensan que la tecnología es inaccesible para empresas que no cuentan con un gran departamento tecnológico o de “IT”, lo que desanima a muchas organizaciones a explorar soluciones que hoy en día son accesibles para todo tipo de negocios.
«La IA es muy costosa y sólo las grandes empresas pueden aprovecharla»:
Todavía hoy existe la percepción de que la IA requiere inversiones millonarias tanto en software como en hardware, lo que hace que las pequeñas y medianas empresas duden de su capacidad para implementarla de manera efectiva. Hoy en día hay soluciones asequibles e incluso escalables que pueden aportar mucho a cualquier tipo de empresa, con lo que esto debe dejar de ser una excusa.
«La IA sustituirá a los empleados y creará resistencias internas»:
Muchas empresas B2B temen que la adopción de IA cause fricciones internas debido al miedo a la automatización y la pérdida de empleos, y que serán sus propios empleados los que se resistirán a su implementación, lo que dificultará su adopción. En lugar de ver la IA como una herramienta complementaria que mejora la eficiencia y el rendimiento, a menudo se percibe como una amenaza de los puestos de trabajo.
Lo normal es que la IA no quite a nadie el trabajo. Lo que sí puede pasar es que una persona que maneje la IA mejor que tú te quite el trabajo a ti. Estas creencias limitantes pueden frenar el avance de las empresas en la adopción de tecnologías innovadoras, pese a los beneficios que la IA puede aportar en términos de productividad y creatividad en los negocios.
En resumen, la IA es una herramienta poderosa para mejorar la competitividad en cualquier empresa desde el punto de vista de la mejora de la productividad o aportando creatividad y nuevas ideas al negocio. Eso sí, las empresas que antes la implementen en su modelo de negocio antes obtendrán ventajas competitivas diferenciales vs sus competidores, algo que ya hoy está pasando. Mejor adentrarse cuanto antes para conocer en qué me puede ayudar que esperar a ver cómo evoluciona y ver qué pasa, que deja de ser una opción.
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