La Reserva Federal, como cada mes de agosto, se reúne en Jackson Hole, para hacer balance de la situación económica americana y de la política monetaria llevada a cabo por el banco central. Un cónclave que siempre recibe el interés de los inversores, pero que este año será especialmente importante. Por eso, merece la pena detenerse en cuáles serán los principales puntos de interés de Jackson Hole.
¿Qué esperar de Jackson Hole?
Lo cierto es que en esta reunión no se tomará ningún tipo de decisión monetaria, ya que solo sirve de análisis. Sin embargo, las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Fed, y las conclusiones del encuentro serán determinantes. Tanto es así que los inversores esperan que se deje claro el inicio de las bajadas de tipos que, según se descuenta, comenzarían este próximo mes de septiembre.
De hecho, tras los últimos datos macroeconómicos, el mercado descuenta un recorte de 200 p.b. en los próximos doce meses. Es decir, que los tipos pasarían del 5,5% actual al 3,5% en septiembre de 2025. Este es el escenario central, que podría cambiar si la situación económica también lo hace.
Durante su discurso de apertura, Jay Powell no aceptará preguntas, a diferencia de lo que ocurre en las ruedas de prensa. Históricamente, estos discursos han insinuado a veces cambios significativos en la política monetaria. Se espera que Powell destaque el éxito del control de la inflación y prepare a los mercados para un posible recorte de tipos en septiembre.
“Aunque se ha especulado cada vez más con un recorte de 50 puntos básicos, los datos del IPC de julio, que en gran medida cumplieron las expectativas, no respaldan actualmente un ajuste de tal magnitud. La magnitud real del recorte de tipos dependerá probablemente de los datos del mercado laboral de agosto, que se publicarán dentro de dos semanas”, señala Jean-Paul van Oudheusden, analista de mercados de eToro.
La inflación baja del 3%
Uno de los datos que más han hecho pensar en un posible recorte de tipos en septiembre es, sin duda, el del IPC americano correspondiente al mes de julio. Por primera vez desde 2021 se ha situado por debajo del 3%, concretamente en el 2,9%. Excluyendo los elementos más volátiles, como los precios de los alimentos y la energía, la inflación subyacente mostró un aumento del 3,2% en comparación con el año anterior, lo que representa una disminución frente al 3,3% registrado en junio. Este 3,2% marca el nivel más bajo desde abril de 2021.
Unos buenos datos sobre el control de la subida de precios que llevan a pensar en un recorte en septiembre, seguido de otros tantos en los próximos meses. De hecho, lo que discute el mercado en esto momentos es si el recorte será de 25 p.b o de 50 p.b.
En estos momentos, el escenario es el de la moderación de la inflación con un crecimiento económico más leve, que no llega a ser recesivo. “Los datos económicos han superado las expectativas, disipando los temores de una recesión inminente en Estados Unidos. Las ventas minoristas crecieron un 1% mensual, indicando que los consumidores siguen siendo optimistas, y las solicitudes de subsidio por desempleo han disminuido, sugiriendo estabilidad en el mercado laboral. Estos desarrollos preparan el terreno para que la Fed recorte las tasas en septiembre, lo que podría beneficiar a los mercados financieros, especialmente si la economía sigue mostrando signos de solidez”, asegura Joaquín Robles, analista de mercados.
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