La caída generalizada de las rentabilidades de la deuda bajo el paraguas de las ingentes inyecciones de liquidez y compras de los bancos centrales ha puesto en un aprieto el ahorro para la jubilación. Generalmente orientados a inversiones seguras, los planes de pensiones se enfrentan ante el reto de ampliar sus miras hacia activos de mayor riesgo, como la Bolsa con una mayor volatilidad (pero también retornos). Para hacer este binomio adecuado a los objetivos de cara al retiro, AllianzGI recurre a las finanzas conductuales, encontrando “tres comportamientos que impiden que los inversores tomen las decisiones correctas a la hora de asignar activos manteniendo estrategias adecuadas” para el ahorro dedicado a la jubilación. En concreto, se trata de la inercia (“no tener que tomar ninguna decisión es la ‘decisión’ más confortable); aversión a las pérdidas (los estudios demuestran que el temor a los ‘números rojos’ supera la satisfacción de cualquier ganancia cosechada); y miopía (esto es, el cortoplacismo). Para ‘salvar’ estas trampas la firma propone: sencillez, gestión de riesgos y visión de futuro, respectivamente. Esto es, reducir la complejidad y crear una mejor arquitectura para la toma de decisión en la oferta de productos de cara a la jubilación. Al tiempo que se emplea “el principio de la gratificación retrasada: una pérdida futura se percibirá como menos pérdida (debido al tiempo de preferencia), pues se ahorro un dinero que aún no existe”. Este temor, asimismo, debe reflejarse en la información que se proporciona al inversor. “Además de los datos de rentabilidad pasada, deben recibir la estimación futura. Es probable que guarde dinero en función de su apetito por el riesgo y los pagos mensuales esperados. Esto les ayuda a mirar más allá de las posibles pérdidas a corto o medio plazo”. Finalmente, la miopía se ataja con una especie de ‘declaración de intenciones’, que, explican estos expertos, “consiste en llevar a cabo un ‘ejercicio de imaginación’ que nos lleve hacía dónde irá la pensión de jubilación, qué queremos hacer con ese dinero (…) y a conocer a nuestro ‘yo’ del futuro para no considerarlo como un extraño”. La tecnología entra en escena Coincide Matteo Cassina, global head of instituional business de Saxo Bank, al señalar que “las consecuencias de la crisis han dejado rasgados los ahorros”. Apunta este experto que “el sistema de pensiones público que conocemos hoy probablemente no servirá para mantener las necesidades de una persona durante su jubilación y, si tenemos en cuenta que la generación de jóvenes entre 20 y 30 años apenas tiene capacidad ahorrativa, el escenario se complica”. En este contexto, continúa, “los avances tecnológicos que están proporcionando las fintech y bancos se juegan aquí su futuro. A día de hoy podemos acudir a un plan de pensiones o un gestor para que nos aconseje la forma de invertir y alcanzar una determinada rentabilidad que tendremos disponible en un futuro. No obstante, el comportamiento de las personas a la hora de gestionar sus finanzas está cambiando. ¿Por qué pagar una comisión del 3% en concepto de gestión cuando, en numerosas ocasiones, la inversión que se nos está gestionando no supera ese 3%?” En su opinión, “el cambio de los inversores llegará si ambos ‘jugadores’ pueden ofrecer un servicio totalmente individualizado gracias a la tecnología, siendo capaces de tener una interfaz intuitiva y fácil de usar (user friendly), que mejore la experiencia de usuario, con la que captar el entusiasmo de los inversores al entender realmente sus necesidades para darles soluciones personalizadas. Los datos serán la clave. Saber la edad del cliente, su salario al mes, gastos mensuales, expectativas de vida, si tiene padres a los que ayudar porque están jubilados… En definitiva, recolectar toda la información sobre su situación financiera, expectativas, preferencias y objetivos”. Queda por ver, concluye, “cómo se organizará el sector. Probablemente veamos gran cantidad de robo-advisors en España, lo mismo en el resto de países, pero tendremos que ver qué tipo de competencia se crea, competencia de precios, normalización de la regulación, fiscalidad, etc. Lo que está claro es que los jugadores en esta evolución son las compañías fintech y start- up que están despegando ahora, pero también lo serán aquellos bancos que adopten tecnología e interfaces de usuario intuitivas y atractivas”.
hemeroteca