Desde mi llegada a España en 2014, mis responsabilidades siempre han estado vinculadas a la sostenibilidad, transformación digital e innovación. Los cambios han sido vertiginosos por diversas exigencias, regulatorias, internas, de la propia evolución del modelo de negocio y, ante todo, fruto de los profundos cambios sociales que hemos vivido y seguimos viviendo. Esa transformación digital son todos los procesos mediante los cuales hemos adoptado tecnologías digitales para mejorar nuestra eficiencia, competitividad y capacidad de innovación. De la misma manera hemos afrontado esa transformación digital como una importante forma de impulsar cambios en la cultura empresarial; una cultura orientada a la experiencia de nuestros clientes, hacia la transparencia en los productos y servicios siempre centrando en el interés del cliente, ya sea este un cliente corporativo o un cliente final. Cambios, en definitiva, en nuestra forma de llevar a cabo las operaciones y la toma de decisiones. Este paisaje complejo crea un todo que puedo afirmar, sin duda, hace que la transformación digital de las empresas sea un potenciador fundamental de la sostenibilidad Los retos de la sostenibilidad son múltiples; el tránsito de la descarbonización, la progresiva escasez de recursos y, como he comentado, los cambios sociales y demográficos, sustentados por la inclusión, la diversidad y la evolución tecnológica. Pero todo esto es una inmensa oportunidad para crear más valor interno y externo a las organizaciones. Nosotros somos un banco especializado en el consumo y quizá se pueda creer que estos conceptos y el consumo son antagónicos. Nada más lejos de la realidad. Ahí nace el propósito de nuestra empresa: “Promover el acceso a un consumo más responsable y sostenible para apoyar a nuestros clientes y partners”.
En esta evolución constante del modelo de negocio debemos ayudar, como lo hemos hecho en España hasta poder celebrar en este 2023 nuestro 35 aniversario, a nuestros clientes a mejorar su calidad de vida, ya sea financiando sus proyectos o, más recientemente, ofreciendo productos bancarios que remuneran sus ahorros generando para ellos nuevas oportunidades aportando impulso a la inclusión financiera. Pero, en nuestra actividad en el crédito al consumo, podemos hacerlo también facilitando una segunda vida los bienes de consumo duradero mediante la economía circular; apoyando a las personas a convertir sus hogares en lugares más sostenibles y de mayor eficiencia energética. Con ello, además de ofrecer rentabilidad y beneficios económicos, promovemos un consumo energético más limpio, tanto a nivel personal como también en sus opciones de movilidad. Para ello apoyamos al sector del motor en el reto global de las nuevas motorizaciones. Y, por último y no menos importante, debemos sumar a nuestra actividad empresarial la búsqueda de otras formas de ayuda a la sociedad. Para ello creemos en la educación financiera y la inclusión digital. Mejorar nuestro conocimiento del mundo de la banca y las finanzas crea clientes más formados y exigentes generando una relación mucho más positiva en el largo plazo. Estamos orgullosos del camino recorrido, pero, sin duda, debemos seguir avanzando sin pausa porque la evolución debe ser constante.
Opinión