La historia que se saborea en cada sorbo de vino: Viña Pedrosa

Pedrosa del Duero fue el escenario elegido por Mauro Pérez para dejar su legado a su familia. Sus viñedos, sembrados a lo largo de 17 hectáreas, son la prueba de que su esencia se aprecia con los cinco sentidos a través de los vinos de Viña Pedrosa.

La ciudad burgalesa donde su antecesor comenzó su andadura en el mundo de la vinicultura vio nacer en 1980 las Bodegas Hnos. Pérez Pascuas. Una tierra donde, no hace tanto, priorizaba el valor del trigo y la cebada por encima del de la vid y que, rápidamente, conoció su valor y el de sus cosechas. La pasión por el vino y el trabajo bien hecho, supuso el broche de oro a una bebida con clase y solera.

Junto a otras bodegas y cooperativas del lugar se propusieron ensalzar la riqueza de su campo, creando una denominación propia que pusiera de manifiesto el sabor inigualable de sus vinos. Así fue como, en 1982 nace el Consejo Regulador de la Ribera del Duero, dando a conocer en el mundo entero un sabor con nombre propio.

Vinos de calidad y personalidad propia

El tesón y cultura vinícola de los Hnos. Pérez Pascuas les llevó a elaborar vinos de calidad, elaborados al detalle y abogando por los tintos de guarda. Los crianzas, reservas y grandes reservas de Viña Pedrosa son la mejor prueba de ello.

Son 124 hectáreas las que actualmente rodean las Bodegas Hnos. Pérez Pascuas, en el corazón de la Ribera del Duero. A más de 840 metros sobre el nivel del mar, con suelos calcáreos y zonas que se alternan franco-arenosas, el resultado son vinos con cuerpo en lo que a cada sorbo demuestran la esencia de una tierra con alma vitícola.

Los vinos de Viña Pedrosa cuentan además con la característica inconfundible de aquellos que son cultivados bajo los parámetros de una viticultura tradicional, responsable, sostenible, siempre respetuosa con el campo que le proporciona unas condiciones únicas.

Cuidada elaboración para el mejor resultado

Los mejores vinos solo se obtienen de la mejor producción, algo que las Bodegas Hnos. Pérez Pascuas cuidan al detalle. La excelencia en la calidad de sus vinos la consiguen a través de un exhaustivo control en la producción por hectárea de sus viñedos en vaso, para así obtener bajos rendimientos. 

A la llegada del otoño y tras un riguroso trabajo durante todo el año, la Tinto Fino es vendimiada de forma manual en el momento óptimo de maduración.

Cada uno de los vinos de Viña Pedrosa adquieren una personalidad única a través de una maceración y fermentación controladas. Su crianza se da en barricas nuevas de roble francés y americano para dotar al vino del carisma y carácter propio de su naturaleza, con la perfecta armonía entre fruta y madera.

Toda espera tiene su recompensa

Pasan años hasta que los vinos de Viña Pedrosa adquieren el inconfundible sabor de la familia. Su reposo en botella durante un tiempo que lo enriquece más aún, llevan al caldo a la máxima expresión de la variedad Tinto Fino.

El arraigo y respeto por la tierra donde nace todo, la investigación, el duro trabajo y ese toque único de la familia Pérez Pascuas son los ingredientes de un vino de gran calidad que sabe mantener su status cada año, llegando a los paladares más exigentes del mundo.

De Burgos al mundo entero

Alrededor de 600.000 botellas enfrascan las mejores connotaciones de Cepa Gavilán Crianza, Viña Pedrosa Crianza, Finca La Navilla, Viña Pedrosa Reserva, Viña Pedrosa Gran Reserva y Pérez Pascuas Gran Selección para distribuirse por toda la geografía internacional en más de 50 países.

A día de hoy, el proyecto que con ilusión comenzó Mauro Pérez es una empresa sólida de renombre mundial donde dos generaciones trabajan conjuntamente para proyectar un objetivo común: crear vinos que se reconozcan en el mundo como lo que son, el reflejo de la familia Pérez Pascuas.

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