La última reunión entre el primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, sirvió para constatar que no hay cambios en la dirección prevista en la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Ello implica que los problemas sin resolver siguen vigentes. En concreto, la Comisión Europea señala que continúa dispuesta a examinar propuestas para el ‘backstop’, que concierne a la frontera entre las dos Irlandas.
Sin embargo, el propio Juncker explicó que Johnson acudió a la reunión sin poner ninguna medida sobre la mesa. En su defensa, Londres comunicó que confirmaba su compromiso y determinación para llegar a un acuerdo en ese asunto.
Lo que sí dejó claro Johnson es que «no solicitaría una prórroga» y que sacaría al Reino Unido de la UE el 31 de octubre «con o sin acuerdo».
El único acuerdo resultante de la reunión entre ambos dirigentes fue el de intensificar los debates y el celebrar reuniones diarias, no solo entre mandatarios de primer nivel, sino entre el secretario del Brexit de Reino Unido, Stephen Barclay, y su homólogo en la UE, Michel Barnier.
Según se explica desde el ejecutivo comunitario, «la Comisión seguirá estando disponible para trabajar las 24 horas del día, los 7 días de la semana». Además, desde la Comisión aprovechan para descargar la responsabilidad sobre Reino Unido: «es responsabilidad del Reino Unido presentar soluciones jurídicamente operativas que sean compatibles con el acuerdo de retirada».
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