La actividad emprendedora debe canalizarse a través de criterios profesionales

El actual entorno empresarial en España refleja que existen previsiones optimistas, en cuanto a la futura evolución de la economía. Así lo recogen diferentes informes entre los que se encuentra "Síntesis de Indicadores Económicos", que elabora el Ministerio de Economía y Competitividad. Pero las altas cifras del paro existentes en estos momentos, no acompañan la euforia de estos datos.

Por ello, entre las principales razones que han motivado el actual auge emprendedor esta la necesidad de apostar por el autoempleo, como alternativa al actual escenario de paro registrado, dado que no existen perspectivas claras de recuperación del empleo. Esto obliga a que muchas personas opten por emprender.

En ocasiones, la actividad emprendedora surge como consecuencia de la adquisición, por los propios trabajadores, de la titularidad de la empresa para la que vienen trabajando, como consecuencia de su situación de crisis y la necesidad de someterse a un proceso concursal. En estos procedimientos judiciales se facilita la venta de las unidades productivas rentables.

Ante esta situación, Carlos Pavón, socio director de IURE Emprendedores & Business, afirma: "la experiencia profesional en la dirección y gestión de una empresa puede llegar a ser tan importante, como el conocimiento técnico del producto o servicio que suministra la empresa, dado lo cual la empresa debe dotarse desde su inicio de los medios necesarios para cubrir una falta de experiencia por parte del joven que decide emprender una actividad empresarial". En este contexto, instituciones públicas y privadas estan promoviendo el emprendimiento. Pero, ¿es bueno, fomentar en tal medida la iniciativa empresarial?.

A esta cuestión Carlos Pavón responde: "El fomento del emprendimiento siempre es positivo para una economía de mercado, dado que la concurrencia de diversos operadores beneficia a la sociedad en su conjunto a través de la competitividad. Por ello, las medidas adecuadas para fomentar el emprendimiento deben ir en línea de reactivar la financiación, así como dotar al empresario de seguridad jurídica en el marco de sus actividades".

Por otro lado, quizás estén proliferando excesivas apuestas emprendedoras que no realizan un previo estudio para identificar las necesidades reales del mercado.

Esto suele responder a que el emprendedor confunde sus intereses con los que demanda el mercado. En esta situación, ¿podría producirse una posible burbuja emprendedora? el socio director de IURE E&B indica: "El nacimiento de una burbuja se identifica con el rápido crecimiento de un sector que, finalmente, se desinfla a la misma velocidad, por lo que podríamos hablar en este caso de una burbuja emprendedora con un incremento de empresas cuyas actividades no van a ser demandadas por el mercado; por ello, es necesario que se canalice a través de criterios profesionales de gestión empresarial que permitan garantizar su supervivencia".

Por ello, es indispensable evitar errores en la constitución de una empresa. Los más habituales suelen residir en la ausencia de planificación y control de gestión profesional, a la vez que no se presta suficiente atención a cuestiones vitales para la supervivencia del negocio. Asimismo, la diversificación de riesgos en torno a varias sociedades no suele ser práctica habitual entre quienes deciden crear una empresa, concentrando todos los riesgos inherentes a su actividad en la misma sociedad.

"La empresa debe dotarse de medios para el análisis periódico de sus resultados, a fin de poder prever desviaciones respecto a las previsiones iniciales, para lo cual resulta indispensable una gestión contable eficiente que aporte valor al empresario", concluye Carlos Pavón.

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