Todas las grandes entidades estadounidenses pasaron con nota los test de estrés anuales que realiza la Reserva Federal (FED) desde 2010. Los bancos demostraron que tienen reservas de capital suficientes para hacer frente a otro shock financiero como el de 2008, de hecho, los recursos para afrontar pérdidas han aumentado respecto al año pasado. Hasta 34 entidades han sido sometidas a estas pruebas (todas las que tengan al menos 10.000 millones de dólares en activos), que analizan sus respuestas en diferentes escenario de crisis (altos niveles de desempleo, una caída pronunciada en el precio de la vivienda o una rally bajista en bolsa). Entre los grandes de Wall Street se encuentran Goldman Sachs, Wells Fargo, Bank of America o JPMorgan Chase, entre otros. La conocida como ‘Dodd-Frank Act Stress Test’ fue introducida por la administración Obama en 2010 para asegurarse de que las reservas de las entidades fianancieras son suficientes para soportar otra burbuja como la hipotecaria de hace una década. Los buenos resultados de los últimos años (los bancos han añadido hasta 750.000 millones de dólares extra para cubrir pérdidas desde 2009) sustentan las peticiones de Wall Street de rebajar los requisitos y la rigidez de los exámenes. En la misma línea, la administración Trump propuso en un comunicado la semana pasada modificar la frecuencia de los test, excluir a los bancos con altos niveles de capitalización probada y reducir el nivel de exigencias en la segunda fase. La primera etapa de las pruebas tiene un enfoque cuantitativo, mientras que la segunda se centra en un análisis cualitativo del capital y es la que determinan si las entidades podrán incrementar sus dividendos y recomprar acciones a lo largo del año. Los resultados se publicarán la semana que viene. Los analistas prevén que, tras las buenas valoraciones, los bancos podrán devolver hasta 120.000 millones de dólares a sus accionistas (85% de sus beneficios) durante los próximos trimestres, según ha publicado Bloomberg. El escenario más severo al que se ha sometido a las entidades comprende unas hipotéticas pérdidas de 383.000 millones de dólares en créditos. Bajo este supuesto; Bank of America sufriría los mayores efectos, con pérdidas equivalentes a los 26.400 millones de dólares, Wells Fargo 7.700 millones, Morgan Stanley 9.500 millones y JP Morgan 25.200 millones. Las entidades extranjeras también superaron con margen el límite impuesto por la FED (4,5% capital tier 1 y entre 3%-4% ratio apalancamiento). Entre estos bancos se encuentra la filial del español BBVA Compass Bancshares, al igual que Santander Holdings USA, el inglés HSBC y el alemán Deutsche Bank.
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