La pérdida económica media en España de las empresas que han sufrido algún tipo de delito económico o fraude asciende a 730.000 euros al año, según estimaciones de diferentes auditoras. A estos costes directos hay que sumarles otros indirectos, tales como: los efectos negativos que la corrupción provoca sobre la imagen de las compañías afectadas, el daño moral que ocasiona el fraude a los propios trabajadores de la empresa o el dinero añadido que cuesta contratar a abogados, peritos, investigadores y auditores que intenten clarificar y responder al fraude empresarial.
"En materia de ética empresarial, a la larga resulta más barato prevenir que curar. Hacer frente a las consecuencias del fraude en una organización puede salir más caro que poner en marcha los mecanismos de prevención y control de riesgos necesarios para evitar la comisión de delitos de carácter económico", señala Gertrudis Alarcón, presidente en España de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados y responsable en Europa de las consultoras antifraude i2 Integrity International y G5 Integritas.
La mayor parte de los delitos se descubren de manera interna, mediante auditorías o denuncias de los propios empleados. "El perfil del delincuente es el de un hombre, de entre 41 y 50 años, que lleva trabajando en la organización entre 6 y 10 años", apunta Alarcón. En este sentido, el Código Penal, será reformado punto arriba o abajo en esta línea, y pondrá más énfasis en la adopción de medidas de prevención de delitos.
Las líneas éticas reducen a la mitad las pérdidas por fraude
Las líneas éticas o canales de denuncias se encuadran en el marco de las políticas empresariales de buen gobierno corporativo. Este tipo de mecanismos favorecen la transparencia y protegen a las organizaciones.
El canal de denuncia permite tener un servicio externo de comunicación y reporte de irregularidades. Está dirigido a empleados, proveedores, clientes y otros posibles grupos de interés de cada compañía. Según Gertrudis Alarcón, "su objetivo es el de detectar a tiempo y posibilitar la denuncia del fraude interno, así como cualquier otro tipo de conductas no permitidas o impropias, que puedan afectar al capital humano, al patrimonio o a la propia reputación de la organización, por ser contrarios a sus principios".
Un canal de denuncia es un mecanismo seguro de carácter confidencial. "Las líneas éticas ponen a disposición de cualquiera la posibilidad de ahorrar dinero, frenar los robos y disgustos a las empresas", explica la Presidenta de los Certificadores de Fraude en España.
Ventajas de los canales de denuncias o líneas éticas
1. Reducen en un 50% las pérdidas medias por fraude
2. Son la forma más rápida de detectar fraude interno y abusos
3. Disminuyen la duración media de los casos de fraude en varios meses
4. Favorecen la transparencia empresarial y protegen a la organización
5. Permiten anticipar nuevas tendencias en los riesgos
Otros datos de interés sobre fraude en España
España cierra el top 10 de los países del mundo con mayor número de delitos económicos, según destaca el estudio Global Economic Crime Survey 2014 de PwC.
Los españoles somos además los europeos más afectados por el fraude: hasta un 63% de los encuestados se sienten tocados por la corrupción en alguna de sus formas en su vida diaria. España es también es el 2º país del mundo donde más ha aumentado la percepción de corrupción en los últimos años.
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