Los movimientos de los bonos se han podido notar después de la reunión de la Reserva Federal. El equipo de análisis de Legg Mason analiza el impacto de las políticas monetarias en los mercados. Tanto en renta fija como en renta variable se han podido observar repercusiones de las actuaciones de los bancos centrales. Los bonos soberanos globales se recuperaron, mientras el petróleo se hundió, las expectativas de inflación se desplomaron y los datos macroeconómicos permanecieron más débiles, lo que llevó a algunos inversores a cuestionar las medidas de la Reserva Federal. Una cadena de datos decepcionantes sobre la inflación, sobre las exportaciones y la inversión impulsó a algunos analistas a reducir sus previsiones de crecimiento para este año, cortando de lleno las expectativas generales del mercado de que el banco central suba los tipos de interés una vez más en 2017, como se esperaba. El sombrío estado de ánimo provocó un impulso al alza de los Treasuries estadounidenses, con un saldo positivo de un 2,5% en los últimos días de negociación, “más que cualquiera de las 33 clases de activos de renta fija seguidas por la actualización de bonos a mitad de semana”, comentan los expertos de Legg Mason. Los bonos gobierno de Japón y del Reino Unido también tuvieron un buen desempeño, apoyados por los comentarios moderados de sus respectivos gobernadores de los bancos centrales, “deseosos de mantener políticas monetarias flojas para impulsar el crecimiento”, exponen desde la gestora. Los bonos soberanos italianos se recuperaron después de que el movimiento populista Cinco Estrellas y anti-euro se desplomara en las elecciones locales, reduciendo la incertidumbre en el país. La turbulencia política también disminuyó en la Casa Blanca, donde la nueva Administración aseguró planes para implementar una reforma tributaria encaminada a estimular el crecimiento. Esto y algunos comentarios de miembros de la Fed en un tono más hawkish apreció el dólar, que recuperó la mayor parte del suelo perdido en junio contra otras monedas. Así pues, los bonos corporativos de Estados Unidos de grado de inversión estadounidense (IG) “arrojaron un retorno de 0,7% en los últimos cinco días, muy por encima del 0,1% ofrecido por sus homólogos europeos, cuyos rendimientos permanecen anclados por las tasas de interés ultra bajas”. En cambio, los rendimientos son más altos en Estados Unidos, donde el banco central ya ha elevado los tipos cuatro veces en los últimos 18 meses, ya que el país está por delante de Europa y Japón en términos de crecimiento económico. El rendimiento extra ofrecido por el crédito estadounidense “atrae a inversores de otras regiones, mejorando los aspectos técnicos de la clase de activos”. Algunos inversores consideran que la oportunidad” puede situarse en la parte inferior de la escala de crédito de IG, que puede incluir empresas recientemente mejoradas de alto rendimiento”, a menudo llamadas «estrellas en ascenso», pero que pueden pasarse por alto dado su pasado no IG. Las empresas estadounidenses más bajas clasificadas como IG han obtenido un 4,7% en lo que va de año, un poco menos que la clasificación Aaa, con un incremento del 5,1% en el mismo período, pero superior a la de Aa y A, respectivamente.
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