El pasado 15 de marzo, la Reserva Federal (Fed) decidía subir los tipos y dejaba atrás el 0% pues la parte alta del rango del precio del dinero en Estados Unidos alcanza ya el 1%. Sin embargo, su tono fue más dovish, acomodaticio, de lo esperado… convenciendo al mercado de que cualquier incremento futuro será gradual y muy sujeto a la evolución macro. Pero la espera se cobro su peaje en el oro… Así, confía en esta postura por parte del banco central norteamericano ETF Securities y en ella apoyan su visión optimista sobre los metales preciosos: “Se preparan para recuperarse ante el rebote de las posiciones especulativas”, afirman. La reciente caída del oro y la plata, señalan, “se ha visto como una oportunidad de compra (…) creemos que el primero subirá hasta los 1.300 dólares la onza a mediados de año, beneficiándose de una Fed controlada”. Los fundamentales de las materias primas en general, concluyen, “siguen siendo atractivos a largo plazo, dado que los precios están por debajo del coste marginal de producción, el crecimiento global continúa mejorando y estamos viendo los primeros signos de destrucción del lado de la oferta”. El esfuerzo de las mineras Por su parte, desde S&P Global Market Intelligence recuerdan que 2016 fue un “año de optimismo cauto para el mercado del oro, con una fuerte primera mitad templada por la volatilidad de los últimos meses”. A pesar de esas turbulencias, reconocen, la producción de diciembre soportó un cuarto trimestre estable para la oferta en tasa interanual. Estiman que fue de 24 Moz en ese periodo, cerca de un 2% menos que en el tercero. En el pasado ejercicio, “muchos grandes productores de oro comenzaron a cosechar los frutos de sus persistentes esfuerzos por remodelar sus compañías. El mayor rendimiento del mineral y de los precios fueron factores también positivos. Como resultado de ello, muchos volvieron a beneficios o, al menos, redujeron sus pérdidas significativamente”.
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