"Desde 2009, el índice S&P 500 ha crecido un 250%, ofreciendo a los inversores una oportunidad histórica de incrementar sus cuentas de jubilación. Lamentablemente, las estadísticas de flujos de fondos muestran que muchos inversores minoristas han desaprovechado esta oportunidad, y se han decantado de forma masiva por los fondos de renta fija". Es una de las principales conclusiones a las que llegan los expertos de JP Morgan AM en sus últimas previsiones trimestrales.
Y las cifras les dan la razón. Según los datos que la firma maneja, los particulares han sacado el dinero de la renta variable durante el actual mercado alcista, mientras las instituciones han continuado incorporando activos de riesgo con éxito. Y esa es una estrategia que los minoristas deben aprender de los grandes. "Las instituciones suelen aplicar una sólida disciplina de inversión con objetivos establecidos, lo que les ayuda a evitar las trampas emocionales a las que se enfrentan los inversores minoristas, como inversiones a destiempo o fuertes desequilibrios en una cartera".
Y mucho más en momentos de máxima tensión como los vividos en los últimos años, en los que es prácticamente imposible evitar el pánico o la euforia irracional en medio de tanta volatilidad.
Desde JP Morgan señalan que "pocas veces antes han sido tan evidentes los devastadores resultados de esta actitud". Y recuerdan la burbuja tecnológica de finales de los 90. "Entre 1997 y 1999, los flujos totales hacia los fondos de renta variable eran 13 veces superiores que los flujos hacia los fondos de renta fija. La burbuja tecnológica estalló el 24 de marzo de 2000, y en los dos años siguientes el S&P cayó en torno al 50% y el Nasdaq un 80%, eliminando billones de dólares de riqueza".
Lejos de la "avaricia" que marcó ese periodo, durante la crisis el sentimiento fue el contrario: un miedo irracional que ha hecho que muchos pierdan la oportunidad brindada por los mercados de renta variable, por ejemplo los estadounidenses, con una huida masiva hacia los fondos de renta fija. "Nuevamente, los inversores eligieron la puerta incorrecta en el momento incorrecto, y todo por dejarse llevar por sus sentimientos".
Los expertos recuerdan la importancia de invertir a largo plazo y en una cartera equilibrada para alcanzar los objetivos de inversión sin tener presentes a cada momento los sobresaltos puntuales. "Los inversores capaces de superar las actitudes que distorsionan sus decisiones pueden ser capaces de mejorar la rentabilidad de la cartera beneficiándose de las rentabilidades de la renta variable previstas a largo plazo", insisten.
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