La tasa anual de inflación en la OCDE descendió hasta el 2,3% en marzo, frente al 2,5% registrado en abril. Entre los principales estados miembros, la Eurozona protagonizó una de las mayores caídas que lastraron el índice, pasando del 2,5% al 1,5% en tan sólo un mes. Estados Unidos también moderó sus precios con una bajada del 2,7% al 2,4%. La inflación armonizada (excluyendo los elementos más volátiles como energía y alimentos frescos) se situó en el 1,8%, tan sólo una décima por debajo de la cifra de febrero. Por componentes, la energía fue el grupo que más lastró el índice, pasando del 11,2% al 9,1%, mientras que la alimentación mantuvo el ritmo en torno al 0,9%. Sobre este grupo se registró un mayor descenso en Estados Unidos (-0,9%) que en la Eurozona (1,7%). Sin embargo la tasa armonizada cayó de forma acusada en la zona euro, hasta el 0,7%, aunque según las primeras estimaciones de Eurostat para abril podría recuperarse en el 1,2%. Dentro de la moneda común también se observaron comportamientos dispares: mientras Francia e Italia mantuvieron sus tasas casi neutrales, en el 1,1% y en el 1,4%, otros estados como Alemania registraron caídas más acusadas, del 2,2% al 1,6% en marzo. En España la inflación se mantuvo en el 2,3%, bastante por encima de la media en la Eurozona. Por último, la inflación anual en el G20 reflejó una evolución similar a la del conjunto de la OCDE, con una caída del 2,5% al 2,3%. Respecto a las economías emergentes, se observó un descenso generalizado de los precios (Rusia, Brasil, África, Arabia Saudí), compensado en parte por la estabilidad en India y China.
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