En julio de 2016, la Comisión Europea presentó una propuesta legislativa llamada “Effort Sharin Regulation” en la que estableció una serie de objetivos anuales obligatorios para los países miembros sobre las emisiones de gases de efecto invernadero entre 2021 y 2030. En estos objetivos se incluyen únicamente los sectores de la economía que quedan fuera del Sistema de Comercio de Derechos de Emisión de la UE, como el transporte, los edificios, la agricultura y la gestión de residuos. Estos sectores suponen casi el 60% de las emisiones totales del bloque comunitario. Ya en 2014, la Unión Europea fijó como objetivo que las emisiones fuesen en 2030 un 40% más bajas de lo que eran en 1990, o un 30% en comparación con 2005. En el “Effort Sharin Regulation” se fijaron una serie de objetivos distintos para cada país en función de diversos factores. La propuesta tenía en cuenta las distintas capacidades de cada país para acometer medidas medioambientales, para lo que tiene en cuenta la rentabilidad de los estados con un PIB per cápita por encima de la media y no únicamente el PIB per cápita, pues los países con mayores ingresos podrían adoptan objetivos más ambiciosos que los más pobres. Así, los objetivos resultantes varían entre el 0% y el 40% de reducción de emisiones para 2030 en comparación con las de 2005. 13 años antes de que se cumpla el límite de este objetivo, la Unión Europea ha reducido sus emisiones un 23% frente al 30% que se busca conseguir en 2030. Y así es como está cada país europeo. El estado que más cerca está de cumplir sus objetivos es, sin duda, Grecia. La meta es que, en 2030, sus emisiones sean un 16% más bajas que en 2005. A día de hoy, según los datos del Effort Sharing Emissions Calculator, Grecia prácticamente ha cumplido su meta, pues debía conseguir que sus emisiones solo crecieran 101,9 MtCO2 (toneladas métricas equivalentes de CO2, una unidad para medir las emisiones) y ya ha conseguido que solo crezcan en 102,5 MtCO2. En buen camino van países como Bulgaria, cuyo objetivo es que en 2030 sean iguales que en 2005 y, actualmente, son solo un 2% más altas. O Portugal, quien tiene que reducir las emisiones un 17% y ya lo ha hecho en un 15%. O Croacia, que solo está a un punto de lograr su objetivo. En el otro extremo, con un largo camino por delante, países como Dinamarca, que debe recortar la contaminación que emiten su transporte o su agricultura en un 39% frente a 2005 y hasta ahora se han reducido solo un 22%, o Irlanda, cuyo objetivo pasa por reducir en un 30% sus emisiones con respecto a 2005 y apenas si lo ha hecho un 1%. Holanda es otro ejemplo de que aún queda mucho por hacer; su objetivo es reducir las emisiones de 2030 un 36% con respecto a 2005, pero hasta ahora solo las ha menguado un 23%. En el caso de España, para 2030 debe reducir sus emisiones un 26% con respecto a 2005. A día de hoy, España ya ha reducido sus contaminaciones un 22%. Según el Effort Sharing Emissions Calcultor, España debe conseguir que sus emisiones solo se incrementen en 20,5 MtCO2, pero actualmente aún son más elevadas y se colocan en un exceso de 72 MtCO2, por lo que todavía queda mucho margen por reducir.
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