La Comisión Europea ha presentado este martes su borrador de Presupuestos para 2018 en el Parlamento Europeo. Las cuentas reflejan un incremento de 2.000 millones respecto a 2017, hasta alcanzar los 161.000 millones. A pesar de que se han anunciado como los presupuestos de la «creación de empleo, sobre todo joven, y del crecimiento», según el comisario Günther H. Oettinger, la realidad es que los mayores incrementos por partidas se han observados en materia de seguridad y de inmigración. Para enfrentarse a los cambios «geopolíticos», la CE propone elevar su inversión en relación a los nuevos movimientos migratorios hasta los 4.100 millones, lo que incluye ayuda humanitaria, refuerzo de la gestión de fronteras y sobre todo recursos para los Estados miembros más afectados por estos flujos. Desde el inicio de la crisis de los refugiados, la UE tiene planeado un desembolso récord de 22.000 millones para el periodo 2015-2018. En el área de seguridad, los retos se centran en el refuerzo de las fronteras externas, la lucha contra el crimen organizado y, sobre todo, contra la amenaza terrorista. Con este propósito, el organismo ha planteado ampliar el presupuestos en el desarrollo de tecnologías de defensa en 90.000 millones para el periodo 2017-2019. Por otro lado, el presupuesto para combatir el desempleo juvenil pasa de los 500 millones en 2017 a los 233 millones en 2018, dentro de la partida de 1.200 millones asignada para el periodo 2017-2020. El Fondo de Inversiones Estratégicas se dotará con 2.000 millones y los Fondos Estructurales con 55.400 millones, además de otros 59.600 para desarrollo rural y agrícola. En el comunicado presentado por el Ejecutivo comunitario se muestra que casi la mitad del presupuesto (66.800 millones, un 45%) se dedicará al crecimiento «inteligente e inclusivo». Dentro de esta partida, Bruselas propone dedicar 46.700 millones a la cohesión económica, social y territorial y 20.100 millones al crecimiento, al empleo y a la competitividad. Por otro lado, el Gobierno alemán ha propuesto congelar los fondos de cohesión para aquellos países miembros que no cumplan con los objetivos o directrices fijados por Bruselas, según informan medios locales. Estas ayudas van a parar a los estados más necesitados dentro de la Unión, y son provistos por los países más avanzados. Alemania es el principal contribuyente de estas partidas.
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